De punta en blanco. Real Madrid

Hace poco tiempo Juanma Lillo utilizó una expresión, "la guarnición se ha comido el solomillo", para describir lo que estaba sucediendo en el fútbol actual. Lo importante ya no es lo que sucede en el terreno de juego, sino todo lo que pasa antes y después de los partidos, incluidas ruedas de prensa, el verdadero cultivo de información para muchos medios de comunicación.

Hasta en esto Real Madrid y Barça son los dos grandes del balompié nacional. El carrusel de clásicos que se está viviendo en las últimas semanas ha dado pie a tantas historias tan curiosas como innecesarias. Lo que empezó siendo como una suma de tanganas el pasado miércoles ha pasado a ser una lucha judicial que me parece de lo más absurdo.

No sé quién lleva razón, ni lo quiero saber. Los dos equipos, sin excepción, han caído en el "y tú más" digno de una riña entre escolares de seis años. Ni siquiera el Barcelona, ese club que cree impartir lecciones de ese señorío que el Madrid tiró años atrás por la borda, ha estado a la altura. Madrid y Barça son dos perros con distinto collar que a este paso van a enterrar el tesoro más preciado: el fútbol.

Por razones como estas, estoy deseando que llegue una nueva jornada de Liga, que ruede el balón y que los futbolistas y los goles sean los verdaderos protagonistas; poder sentarme delante del televisor y disfrutar de un espéctaculo como el que el jueves brindaron Oporto y Villarreal, aunque el resultado sea adverso a los intereses del equipo por el que simpatice.

Todo lo demás es resultado de esa máquina de hacer negocio llamada fútbol. Hay que llenar muchas páginas de periódicos y horas de radio y tertulias televisivas. Muchos se sientan delante de un micrófono sin conocer siquiera los entresijos de este deporte. 'Gracias' a ellos, la guarnición (ruedas de prensa y polémicas absurdas) se han terminado por comer al solomillo (lo que sucede durante los 90 minutos). Basta ya.

Publicado el 29 de abril de 2011 a las 08:15.