Lo que le sobró al primer Real Madrid-Barça de Champions
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Todos los focos estaban puestos en el Santiago Bernabéu. Madrid y Barcelona dirimían el primer pulso de una eliminatoria que debería haber colocado al fútbol español como objeto de envidia de todo el continente. Tras el partido de ida, el balompié nacional no puede presumir sino más bien sentir vergüenza por todo lo siguiente:
- Excesivo conservadurismo: Se trataba de una eliminatoria, no de una final. Ya habrá tiempo para arriesgar en la vuelta, eso al menos debieron pensar los dos equipos. A este Madrid al que su historia le vale de muy poco, le servía con un empate a cero para justificar su planteamiento, mientras el Barcelona se aferraba a los datos estériles de posesión. El resultado fue que durante muchas fases del partido se vio algo similar a esto:
- Demasiada tensión: Cada falta o acción polémica desembocaba en una tangana. Como para que Del Bosque no esté preocupado. En las gradas y en el terreno de juego se palpaba una crispación a la que habían contribuido a partes iguales los dos entrenadores en las horas previas al encuentro. Los dos clubes deberían reflexionar al respecto.
- Marrullerías y teatro: Una consecuencia inmediata de lo anterior fue la actitud sibilina de varios jugadores. Si Arbeloa lanzaba un codazo sin balón de por medio, Pedro contestaba simulando un golpe en el rostro que no se había producido. Busquets, Alves, Pinto, Chendo... Fueron muchos los que dejaron una imagen más que lamentable.
- Un arbitraje indigno de esta competición: Con los Pierluigi Collina, Anders Frisk y Milton Nielsen retirados, la UEFA se ha quedado sin árbitros de garantías para este tipo de partidos. A eso responde que un tipo como Stark, considerado el peor colegiado de la Bundesliga, arbitre una semifinal de Champions, o que Howard Webb arbitre una final de un Mundial a pesar de ser uno de los más discutidos de la Premier League. Por desgracia, Stark acabó siendo el protagonista del Madrid-Barça.
Los aspavientos de Cristiano Ronaldo, la incomprensión hacia el juego de Özil...La lista podría ser tan extensa como para aburrir a cualquier lector. Cualquiera que no viera el partido puede pensar que fue uno de esos en los que hubo de todo. No. Sobraron muchas cosas, pero faltaron otras tantas, entre ellas una indispensable: el fútbol.
Publicado el 28 de abril de 2011 a las 09:00.