Portillo y Tote, historia viva de la factoría madridista
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Toda la atención está puesta en saber si el Real Madrid, casi siete años después y cientos de millones de euros, es capaz de pasar a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Pero unos días antes, los blancos deben superar en su estadio otra prueba liguera ante el Hércules, en un partido que tiene trampa.
Los pronósticos colocan al Madrid como claro favorito, pero en caso de que el Hércules, tan necesitado por las urgencias del descenso, dé una sorpresa similar a la del Camp Nou, Mourinho y los suyos dirán definitivamente adiós a la Liga y eso, a cuatro días de jugar la primera gran final de la temporada, sería un varapalo anímico importante que ejercería más presión si cabe de cara al encuentro del miércoles.
Pero dejando a un lado las suposiciones, la visita del Hércules servirá para que Portillo vuelva a pisar el césped del Bernabéu. Su historia es la de un canterano que puede presumir de ostentar el récord goleador de las categorías inferiores blancas y decir eso es mucho decir en un club por el que han pasado miles de delanteros que se han acabado ganando la vida, con mayor o menor fortuna, en la élite.
En total, el de Aranjuez firmó 719, de los cuales 147 llegaron en una sola temporada. Su fama y cualidades le llevaron a debutar con el primer equipo en una época en la que el lema de 'Zidanes y Pavones' daba cabida a jugadores de la cantera por decreto, fueran cracks o no, lo cuál jugó una mala pasada a una generación que sin ser mala no era sobresaliente. Su gol ante el Panathinaikos le auguraba un gran futuro en el equipo de Del Bosque, pero la feroz competencia de los Ronaldo, Raúl y Morientes le llevaron a peregrinar por Fiorentina, Brujas, Nástic, Osasuna y por fin Hércules.
En su mejor temporada en el plano goleador, 'Portigol' firmó 11 tantos, dando un motivo para la reflexión a aquellos que se empeñan en subir a los altares a cualquier canterano, olvidando que en muchos casos se trata de juveniles que además de sus cualidades futbolísticas deben tener unas psicológicas que no les hagan perder la cabeza. Portillo no cayó en esa trampa, pero tal vez fue víctima de esas expectativas que se crean ante la necesaria búsqueda de nuevos ídolos.
Este sábado Portillo no contará con las asistencias de Tote, tal vez el jugador con más calidad de todo el equipo alicantino por más que Trezeguet, Valdez y Drenthe llegaran el pasado verano al Rico Pérez. Al contrario que el de Aranjuez, la historia de Jorge López Marco está salpicada de contratiempos. Primero dejó el club de sus amores, el Atlético, para fichar por los juveniles blancos donde comenzó a destacar. Debutó con el primer equipo pero tuvo que pagar el peaje de varias cesiones para demostrar su valía. Del Bosque le hizo un hueco en la plantilla madridista en dos temporadas, siendo uno de los pocos jugadores al que un servidor no le ha visto arrugarse ante los silbidos del Bernabéu.
Rebelde y atrevido, el pasado de Tote le puso en contra a la afición de Chamartín. Su calidad no estaba para paladares tan poco finos. No voy a decir que fuera un jugador para marcar una época en el club blanco, pero desde luego tiene más calidad en una uña de su 'guante' izquierdo de la que jamás juntarían Faubert, Diarrá y otras medianías que han pasado por este club.
Publicado el 11 de marzo de 2011 a las 09:00.
