De punta en blanco. Real Madrid

Por fin. España superó el maleficio de los cuartos de final y de paso nos quitamos esa espinita que el gran Roberto Baggio nos metió allá por 1994. En la misma mañana del partido, en una charla entre amigos en un bar cualquiera, un colega me comentaba "he visto a Casillas salvar muchos partidos al Madrid, pero no le recuerdo ninguno especialmente bueno con España", "No es bueno en las tandas de penaltis" me decía otro. Bueno, pues para ellos y para todos los aficionados, el de Móstoles ha querido dejar para el recuerdo este magnífico partido.

Iker estuvo soberbio de principio a fin. Cuando la televisión fue enfocando uno a uno a los once titulares, muchos (periodistas y aficionados) comentaban que había caras de miedo. Yo compartía esta afirmación pero sólo en parte. Vi a Casillas muy mentalizado y tranquilo, sobre todo tranquilo. En los primeros balones que llegaron a sus inmediaciones puso pausa al partido y transmitió serenidad a una zaga que se mostró inexpugnable. Y en las escasas ocasiones que ésta se vio superada apareció el 'Ángel de Móstoles' para dejar en nada las esperanzas italianas.

Casillas quiere seguir haciendo historia. Tiene estrella. Fue convocado por primera vez en un partido con el primer equipo del Real Madrid en el año que el equipo blanco logró la Séptima. Dos años después se había asentado en la titularidad con una facilidad insultante. Con 18 años ganó la octava con actuaciones memorables como la que realizó en Old Trafford en la vuelta de los cuartos de final. Cuando su carrera empezaba a llenarse de sombras apareció bajo la lluvia de Glasgow para sacar tres balones imposibles y alzar la décima Champions blanca.

Ahora se ha propuesto junto con otros 22 jugadores colocar a la selección española en el lugar que deberíamos estar más a menudo. No sabemos si lo lograrán, pero que duda cabe que con Iker en la portería este sueño parece acercarse a la realidad.

Publicado el 23 de junio de 2008 a las 18:00.