Di María, lo único destacable en el partido ante el Peñarol
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Sólo quedan cuatro días para el comienzo de la Liga y parece que el nuevo Real Madrid de Mourinho todavía no carbura. Se puede alegar que su rival del último Trofeo Santiago Bernabéu, el Peñarol de Montevideo, estaba más rodado, pero las sensaciones no terminan de ser satisfactorias.
Más allá del resultado, el partido sirvió para dejar varias cosas claras:
- La confianza en Casillas es absoluta. Adán y Dudek no jugaron un solo minuto en un encuentro en el que no había mucho en juego. Habrá que rezar para que el meta de la selección española no caiga lesionado, porque Mourinho no parece tener muchas esperanzas puestas en sus suplentes.
- Cristiano Ronaldo jugará con más libertad aún que el año pasado. Se moverá por todo el frente del ataque aunque partirá desde la mediapunta. Su tendencia a buscar el regate antes que el pase me hace dudar de su rendimiento en esa posición.
- Hay un problema evidente en el lateral izquierdo. Marcelo será, casi con total seguridad, titular en Mallorca y por ende en este comienzo de temporada. Tras ver el estado de forma de jugadores como Jesús Navas, queda claro que el brasileño puede pasarlo mal en esa demarcación.
- Benzema no es un '9'. Mourinho le pide que fije más su posición, pero el francés se aburre soberanamente ya que está acostumbrado a estar más en contacto con el balón. El técnico luso pidió un delantero centro que tuviera el juego aéreo y de espaldas a portería su fuerte. El club no le hizo caso y eso, sobre todo en los partidos como local, puede pasar factura.
- Cada vez está muy claro quienes son los jugadores que pueden salir del Bernabéu. Van der Vaart marcó de penalti y su celebración sonó a despedida; Drenthe no jugó ni un minuto para evitar una lesión y Mahamadou Diarra lo tiene casi imposible con Xabi Alonso, Khedira, Lass y Gago.
En esta ocasión, merece un punto y aparte Di María. No sé si acabará triunfando o no el argentino, pero desde luego le da otro aire al juego madridista. Es un futbolista con un perfil casi único en la plantilla blanca: es rápido, habilidoso y siempre parte desde la banda, uno de los déficit de las últimas temporadas.
Aún queda mucho por mejorar, pero como a los presidentes del Gobierno, a Mourinho se le debe dar al menos cien días para evaluar sus mejoras. Sin embargo, me temo que en esto del fútbol hay mucha menos paciencia que en la política.
Publicado el 25 de agosto de 2010 a las 08:45.