De punta en blanco. Real Madrid

A veces uno se lamenta de no hacer más caso a su intuición. Cuando empecé el análisis de cada una de las selecciones que iban a disputar el Mundial de Sudáfrica tenía muy claro que Francia tendría graves problemas para superar la primera fase. Eso sí, sabía que si eran capaces de llegar a octavos, su techo podría ser cualquiera.

Sin embargo, esa experiencia que te da el llevar unos cuantos años viendo cientos de partidos de fútbol te lleva a conocer que todo es posible en este deporte, tanto si es una final de Copa de Europa como la del '99 en el Camp Nou como una fase de ascenso a Segunda entre el Alcorcón y el Ontinyent. Pero bueno, no quiero irme más por las ramas. Toda esta argumentación sirve para explicar porqué no aposté un euro en contra de Francia, a pesar de tener muy presente que podía darse un batacazo de este calibre. Desde luego hice muy mal.

La visión global de este equipo, con muchas carencias tácticas y jugadores en el ocaso de su carrera, ya era un argumento más que pesado para pensar en una temprana eliminación 'bleu'. Si quedaban dudas, la lista de 23 jugadores de Domenech las despejaba todas. La selección gala se quedaba sin la imaginación de Nasri y el talento de Benzemá. Muchos podrán argumentar que el '11' madridista ha tenido una temporada para olvidar, pero pensar que Cissé o Henry podían aportar más que él en Sudáfrica es como para retirar el carnet de entrenador a Domenech.

Pese a todo, la eliminación francesa deja dos buenas noticias para Benzemá. La primera es que la reputación del delantero blanco no se ha visto manchada. La segunda es la llegada de Laurent Blanc, un entrenador con un estilo más moderno y que basa sus decisiones en el rendimiento y no en los signos del zodiaco de los futbolistas. Entre el nuevo seleccionador galo y Mourinho esperamos poder ver el verdadero potencial de ese delantero que nos enamoró en el Lyon.

Publicado el 23 de junio de 2010 a las 11:15.