La eliminación del Barça, la mayor alegría para los madridistas
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Cuando Ramón Calderón logró que la UEFA otorgase al Santiago Bernabéu la posibilidad de celebrar una final de la Liga de Campeones, la idea era que los blancos se reconciliasen con su competición predilecta. Pero el sueño no era de titularidad exclusiva para los madridistas. Alguien me dijo el pasado verano: "¿te imaginas una final entre el Atlético y el Barça en el Bernabéu?". La idea me produjo un escalofrío.
Comenzó la presente edición de la Champions y se vio que el Madrid tenía una exigencia enorme mientras la amenaza de que el Barça reeditara su corona en Madrid comenzaba a cobrar fuerza. El Lyon acabó con las aspiraciones de los de Pellegrini y los azulgrana, con bastante menos brillo que el año pasado, se plantaban en semifinales. Por eso, tal y como dijo Cristiano Ronaldo en las horas previas al partido del Camp Nou, la eliminación de los culés es toda alegría para los madridistas y para más personas.
Por un lado la selección española. Iniesta llegaría muy justo a la final del Bernabéu. Como sucedió el año pasado, el manchego forzaría poniendo en peligro su estancia en Sudáfrica. Además, en contadas ocasiones un jugador ha ganado la Champions y el Mundial en el mismo año.
Por el otro lado, las fuerzas de seguridad: La posibilidad de que los aficionados azulgranas se bañaran en las Cibeles, con todo lo que eso podría conllevar, ponía los pelos de punta a más de uno. En una final con 80.000 personas hay muchas posibilidades de que se cuele algún cabeza hueca. Eso unido a los seguidores blancos de igual coeficiente intelectual, da como resultado un cóctel explosivo.
Para terminar, me gustaría hacer una reflexión sobre el ambiente previo al Barça-Inter. Lejos de aprender de las declaraciones de Sergio Ramos, Piqué se destapó con unas declaraciones y unas portadas que motivarían hasta al jugador más frío. En esa línea fueron las palabras de Laporta sobre Mourinho. El presidente se metió en un charco del que salió empapado tras ver como el luso celebraba su clasificación. Si todo eso, al igual que los cánticos en el partido del Arsenal ('sí, sí, sí, nos vamos a Madrid') y alguna columna de opinión, se hubiera producido en Madrid, desde Barcelona se habría hablado de 'prepotencia'. Ahora, a ellos sólo les queda el mismo consuelo que a los blancos: la Liga.
Publicado el 29 de abril de 2010 a las 11:30.