Raúl González, 523 partidos después
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Es el hombre de los récords. Máximo goleador en la historia del Real Madrid y de la selección española, este sábado superará a Manolo Sanchís, toda una institución, en partidos oficiales jugados con la camiseta merengue.
No es un récord cualquiera. Muchos le discuten, se empeñan en jubilarle, en retirarle lo antes posible y esto parece darle vida y energía. Pesa un poco menos que cuando debuto en Primera y en los tests físicos marca resultados simplemente increíbles. Está con muchas ganas, la competencia le ha vuelto a abrir el apetito y parece que puede llegar a los guarismos de temporadas pasadas.
Tiene a mucha gente en contra que espera cada partido en el que no juega bien para sembrarle de críticas. No voy a entrar en si está a tono para este equipo, o en si debe volver a la selección, todo estos debates me han terminado cansando porque la gente se deja llevar por sus fobias y filias y no aporta nada desde la objetividad. Hablando de objetividad, lo único que no se pueden discutir son sus cifras y eso, guste o no, está ahí. Siempre le comparo con Filipo Inzaghi, no gustará su modo de jugar, pero los goles son siempre su mejor aval, algo indiscutible.
A pesar de lo que haga esta temporada, saldrán muchos diciendo que debe colgar las botas. Críticas, simples críticas. Raúl se ha acostumbrado a convivir con ellas desde aquella noche del 29 de octubre de 1994 cuando falló varios goles en La Romareda. Se puso en tela de juicio su valía como jugador de Primera. Siete días después contestó a todos con un golazo y una actuación soberbia en un partido de exigencia, un derbi contra el Atlético. El resto ya es historia del balompié nacional, por mucho que les duela a algunos.
Pues eso, sigan criticándole que él seguirá teniendo otro aliciente para continuar. Porque ese ha sido el éxito de este jugador: reponerse en los peores momentos deportivos individuales y colectivos.
Publicado el 25 de septiembre de 2009 a las 20:30.