El Barça ya tiene modelo, el Real Madrid lo busca
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Un debate tan antigüo como el mismo fútbol, fútbol de ataque o solidez defensiva, juego vistoso o efectivo...ante estas disyuntivas, de manera indirecta, se ha plantado el Real Madrid.
A principios de los años 90 Johan Cruyff llegó a la Ciudad Condal con el manual del 'fútbol total' que jugaba su Ajax de los 70 bajo el brazo. La primera temporada se saldó con el título de Liga del Real Madrid de los 107 goles, los culés se tuvieron que conformar con la Copa y muchos dicen que eso fue lo que le sirvió al flaco holandés para conservar su puesto para la temporada siguiente.
El Barça apostó por un estilo de juego bien definido: extremos pegados a la línea de cal, centro del campo poblado con jugadores de toque, defensa adelantada con gusto en el trato del balón...todas estas características moldearon el llamado 'Dream Team', uno de los mejores equipos que un servidor haya visto jamás, ya que a la calidad individual y colectiva hay que sumarle otro atributo más complicado aún si cabe: la durabilidad en el tiempo.
El fútbol del Barcelona actual tiene claramente interiorizadas las bases de ese equipo de Cruyff y esa ha sido la tendencia en estos años exceptuando, tal vez, los proyectos de Serra Ferrer o Robson. En cambio, el Madrid ha sido un reflejo del juego exhibido en los últimos años: no hay una línea coherente.
Por todo esto, los candidatos a la presidencia del Real Madrid deben tener claro quién será el entrenador que va a ocupar el banquillo en caso de ganar los comicios del 14-J. Porque Wenger va a pedir un tipo de jugadores muy distintos a los que va a reclamar Ancelotti, por poner un ejemplo. Tal vez sea el momento de que la dirección deportiva por fin sea quien decida la línea de juego a seguir en un proyecto serio. A partir de ahí hay que buscar los jugadores y los entrenadores que mejor encajan con esta idea.
Esto sería un proyecto coherente, en el camino adecuado. En caso contrario, estaríamos hablando de una idea con fecha de caducidad, expuesta a caer en el olvido en el momento en el que los resultados no acompañen. Es el momento de que las dudas queden a un lado y se apueste por un modelo, si esto no sucede, el Real Madrid viviría ciclos muy cortos en los que alternaría triunfos con derrotas casi a partes iguales, como dice el sabio refranero castellano: "Pan para hoy y hambre para mañana".
Publicado el 18 de mayo de 2009 a las 20:30.
