El Clásico retrata a Carlo Ancelotti
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Los madridistas más acérrimos podrán defender la teoría de que el 'triplete' aún es posible. Los números les dan la razón. El equipo blanco está a un solo encuentro de poder levantar una nueva Copa del Rey; tiene los mismos puntos en Liga que el líder, el Atlético de Madrid; y se encuentra entre los ocho mejores equipos de la Champions League. Sin embargo, hay síntomas que invitan a pensar en una caída al abismo similar a la de diez años atrás, cuando con Carlos Queiroz en el banquillo el Real Madrid perdió, casi de un plumazo, los tres títulos a los que optaba.
Porque el Barcelona se encargó de demostrar ayer que todo el decorado sobre el que se ha articulado la trayectoria reciente de los merengues es de cartón piedra. Mermado físicamente, con Messi midiendo sus esfuerzos y uno de sus jugadores más en forma, Pedro, en el banquillo, al Barça le bastó con organizarse en torno al balón para desdibujar a su oponente. Xabi Alonso y, sobre todo, Modric sufrían persiguiendo un balón que el equipo de Martino mimó sin demasiado riesgo pero con eficacia. A pesar de todo, los arrebatos de Di María y el trabajo de Benzema (al margen de algunos fallos criticables de cara a gol) mantuvieron al Madrid en el encuentro hasta que Sergio Ramos volvió a hacer de las suyas. Penalti y expulsión, y ya van 19 como jugador blanco. Mirando la dinámica del partido, a un jugador de la experiencia del sevillano se le debe pedir, como mínimo, templanza y calma para analizar que esa jugada, en el peor de los casos, podría acabar en gol. Bien. 3-3 y a jugar once contra once. Pensar en la victoria en ese hipotético caso no era descabellado.
Pero lo peor estaba aún por llegar. Con uno menos y el Barça ganando enteros para llevarse el Clásico, era la hora de Ancelotti. Tal vez era el momento de buscar una pareja de baile a Xabi más propicia a la hora de robar balones. Ante el naufragio de Modric, la entrada de Illarramendi podría dotar de un nuevo impulso a los blancos. Pero Carletto se conformó con no mover las piezas, haciendo el cambio fácil: Varane por Benzema. De ahí a la derrota había sólo un paso, el que dio Xabi Alonso haciendo un penalti infantil. 3-4 y la Liga está más viva que nunca. Por cierto, hablando de las penas máximas, con sus aciertos y errores, alguien debería pedir perdón por la campaña de acoso y derribo hacia Undiano Mallenco.
Por si alguno no se había enterado aún, el 'Tata' Martino, un entrenador que, tal vez, no gustara a muchos, pero que de esto sabe un rato, explicó al detalle en la rueda de prensa los ajustes defensivos que había hecho su equipo para desactivar a un Cristiano Ronaldo que, por cierto, desde que recibió el 'Balón de Oro' acumula muchos goles y poco juego. Los últimos Clásicos habían puesto de manifiesto las dificultades de Dani Alves para frenar al portugués, pero Ancelotti pensó que con su hoja de ruta sería suficiente para ganar el partido. La consecuencia desde el punto de vista clasificatorio no es decisiva, pero sí desde el lado anímico: Villarreal, Atlético de Madrid, Barcelona, Juventus, Athletic...a los blancos les falta en esta temporada un golpe de autoridad en un partido de calado. Quizás para ello haga falta algo más que un entrenador educado y complaciente con sus estrellas.
Publicado el 24 de marzo de 2014 a las 08:30.