De punta en blanco. Real Madrid

Sergio Ramos, Varane, Pepe y Essien. Esa fue la respuesta de José Mourinho a una semana de quinielas y cábalas en torno a cuál sería la línea defensiva madridista tras el 'virus FIFA'. Como era de esperar, el conjunto blanco solventó la papeleta con más oficio que brillo, aunque no parece que el Celta fuera un examen convincente para aseverar que el técnico portugués haya dado con la tecla.

Por cuarta vez en lo que va de temporada, el Madrid logró dejar su portería a cero, aunque el encuentro no pasará a la historia como un gran ejercicio defensivo. Casillas dio ligeros síntomas de recuperación con varias intervenciones de mérito que evitaron algún disgusto para la parroquia blanca, corrigiendo algunos desajustes que no deberían pasar desapercibidos. La apuesta de Mourinho por juntar a Özil, Modric y Kaká no tuvo los réditos ofensivos deseados (fluidez, asociación y último pase) pero sí supuso un lastre para un equipo sin apenas retorno defensivo, dibujando por momentos un 1-4-2-4 que recordaba a los tiempos de Wanderlei Luxemburgo.

Los acérrimos defensores de la cantera no deben extrañar las ausencias en el once de Casado y Nacho. Viendo la cantidad de goles encajados por el Castilla en lo que va de temporada (aunque en ese apartado también hay que valorar otros aspectos colectivos), Mourinho tal vez no se fie de ellos para un partido de tal envergadura como el que se espera en Dortmund el miércoles. Acudir a Alemania sin haber hecho alguna prueba de este tipo en partidos precedentes es algo que no se ajusta al libro de estilo de Mourinho, valga recordar el estreno de Pepe como mediocentro en la visita a San Mamés previa a la final de Copa de Mestalla ante el Barcelona.

Essien jugó un buen partido, aunque también es cierto que el rol de Pepe como central izquierdo evitó que algunas lagunas del ghanés quedaran en evidencia. El miércoles en Dortmund esos fallos pueden penalizar mucho más si Marco Reus hace justicia a la fama de jugador desequilibrante e incisivo que le precede.

Pese a esto, el quebradero de cabeza de Mourinho puede estar en la banda derecha. Sergio Ramos sigue siendo protagonista de algunos desajustes preocupantes. Su privilegiado físico le permite aparecer tanto en fase defensiva como ofensiva, aunque su desplazamiento a la banda casi siempre va acompañado de varios lapsus de concentración. No se siente tan protagonista como en el puesto de central y eso le lleva a intentar ciertos lujos con el balón en los pies que no responden a su capacidad técnica. Si a eso se le suma que no es un consumado especialista a la hora de poner centros al área, el resultado es que tal vez Mourinho esté corriendo un riesgo demasiado alto trastocando tres de los cuatro puestos de su defensa, cuando puede contar sin problemas con su pareja de centrales, una de las grandes señas de identidad de este equipo.

Por ello resulta aún más extraño todavía que Mourinho no haya tirado del jugador más maduro del Castilla. A sus 24 años, Juanfran sigue esperando en el Castilla la oportunidad que parecía llegarle a comienzos de la temporada 2010-2011. Fue con la llegada de Mourinho a Madrid, cuando el madrileño debutó en Liga como titular con el primer equipo en un partido ante Osasuna. Tiene condiciones de sobra para ajustarse al perfil de lateral derecho moderno. Selecciona con criterio sus subidas al ataque, es aplicado en defensa y además cuenta con un golpeo de balón que le permite destacar en el apartado de las asistencias. Este sábado no estaba en el Bernabéu, sino en Córdoba jugando con el filial, pocas horas antes de que se constatara que Sergio Ramos baja muchos enteros como lateral. Mourinho sigue teniendo la solución en el Real Madrid Castilla.

Publicado el 22 de octubre de 2012 a las 09:30.