Khedira reclama su sitio
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Una vez más, y van unas cuantas, José Mourinho cedió el testigo en la sala de prensa a Aitor Karanka. El Real Madrid acababa de golear 5-1 al Deportivo, aunque algunos periodistas todavía mantenían la esperanza de que el técnico blanco dejara algún titular en forma de declaración altisonante relacionada, por ejemplo, con el arbitraje de Mateu Lahoz en el Sevilla-Barcelona. Con la ausencia del luso todo se iba al traste.
Fiel a su línea, Karanka dejó pocas frases para el recuerdo, pero una me llamó la atención por encima del resto. Preguntado por los resultados del experimento consistente en juntar a Luka Modric y Mesut Özil, el técnico vasco alabó la actuación de otro alemán, Sami Khedira. El Madrid dibujó una especie de 1-4-3-3 en el que Di María, Cristiano Ronaldo e Higuaín completaban el tridente de ataque. Sin embargo, el dibujo resultó ser maleable y en ocasiones CR7 parecía formar una dupla de ataque con el 'Pipa', dejando los costados para Di María y Özil.
Lo único que no mutó fue el papel de Khedira. Por delante de los centrales, el alemán se convirtió en el vértice inferior de un triángulo que dotó de juego al equipo blanco. Como siempre, el exjugador del Stuttgart dejó una clase magistral de colocación, pero además aderezó su actuación con varios pases que rara vez deja para la galería. Sin Xabi Alonso, el '6' blanco se despojó de los complejos y trazó varios desplazamientos que estuvieron muy cerca de acabar en gol.
Con su mención en la rueda de prensa, tal vez Karanka busca alimentar la autoestima de un jugador que no parece ser valorado lo suficiente por la afición madridista. No tiene un cambio de velocidad explosivo al estilo de Lass, pero ocupa más campo y sobre todo lo hace de una forma más efectiva por su excelsa lectura táctica. No hay que olvidar que Khedira jugaba el Stuttgart casi como un interior, con más implicaciones ofensivas que obligaciones defensivas. Sin embargo, a su llegada a Madrid, Mourinho le otorgó el papel de 'stopper' en el centro del campo, un cambio de rol que asumió sin rechistar.
Cumple su tercera temporada como jugador blanco y pocos pueden discutir que se ha convertido en uno de los fijos para Mourinho. Estamos ante un jugador que es menos lento de lo que pudiera parecer y cuyas ayudas defensivas permiten a los laterales madridistas tener unas tardes futbolísticas menos laboriosas en la retaguardia. Pero Khedira no habla apenas ante los medios de comunicación, no es estético a la hora de entregar el balón a sus compañeros y cuando se asoma al área el público del Bernabéu no confía en que lleve peligro. No se debe confundir eso con infravalorar su trabajo. Echen un vistazo a las alineaciones del Madrid en partidos importantes y siempre encontrarán su nombre, una situación que probablemente se repita en el Camp Nou. Su papel será esencial para intentar frenar la creatividad de los Xavi, Iniesta, Cesc.
Ese es el único camino que le queda para acabar de ganarse definitivamente el reconocimiento unánime, ese que otros han encontrado con menos argumentos.
Publicado el 1 de octubre de 2012 a las 09:45.