Real Madrid vs Manchester City, la prueba del algodón
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Justo cuando las críticas arrecian con más fuerza sobre el Real Madrid aparece en el horizonte la competición fetiche de los blancos. Sobre el césped del Bernabéu llega un partido similar al de la vuelta de la Supercopa: no hay trampa ni cartón, si el equipo de José Mourinho no da lo mejor de sí mismo la crisis deportiva empezará a tomar dimensiones estratosféricas.
La parte buena para el madridismo es que el examen promete ser radical, es decir, parece que sólo hay margen para el suspenso o para el notable. Si los blancos son capaces de ganar al campeón británico, el triunfo será un bálsamo incuestionable. No es lo mismo intentar maquillar una mala racha con un triunfo sobre el Basilea que hacerlo sobre una plantilla del nivel de la que maneja Roberto Mancini.
Para reencontrarse con sus mejores sensaciones, el Madrid tiene varios caminos, aunque para recorrer cualquiera de ellos necesitará indiscutiblemente vigor físico y concentración durante los 90 minutos. Si el equipo de Mourinho es capaz de ejercer una presión intensa sobre la salida del balón del City tendrá muchas opciones de ganar. En ese sentido se antoja necesario que el punta escogido (Benzema o Higuaín) no deje jugar cómodos a Kompany y Lescott, dos centrales que no tienen el desplazamiento de balón entre su catálogo de virtudes. Si a esto se le une que ni Javi García ni Yaya Touré tienen un perfil nato de creadores, deja a la presión alta como la vía necesaria para los hombres de Mourinho.
Pero toda esa labor no será efectiva si Pepe y Ramos no son capaces de recuperar la versión de la pasada temporada. Ambos están obligados a jugar con muchos metros a su espaldas y aunque parece que no deberán pelearse con Dzeko para los balones aéreos, sí deberán estar muy pendientes de los movimientos de Tévez o Agüero al espacio. Su papel también será capital en las acciones a balón parado, una especialidad donde el City sí se desenvuelve como pez en el agua. De este rendimiento y de la capacidad de Coentrao para ahogar a Silva dependerá el acierto blanco en el intento de anular el ataque inglés.
Estamos en septiembre, pero parece que el Madrid se lo juega a todo o nada. Más allá de la urgencia del resultado y parafraseando a Mourinho, el encuentro puede servir como prueba irrefutable de la entrega de unos jugadores que en casi todo lo que va de temporada se han mostrado indolentes y caóticos.
Publicado el 18 de septiembre de 2012 a las 10:30.