Higuaín, un discurso que suena a despedida
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El Bernabéu era un clamor: "Pipita quédate". El cántico surgió cuando el delantero franco-argentino se marchó sustituido en la segunda parte, pero se hizo extensible cuando el nombre del jugador sonó por megafonía en el acto de la entrega del título de Liga y en el momento en el que el '20' cogió el micrófono en su condición de capitán de la plantilla madridista. Visiblemente emocionado y con Arbeloa actuando como maestro de ceremonias, Higuaín se dirigió a todos los presentes en el Bernabéu para entonar un discurso que suena a un adiós.
Tras las muestra de cariño del público y de sus compañeros, a Higuaín le toca ahora decidir. Los contactos con el Paris Saint Germain existen y probablemente los multimillonarios dueños del equipo capitalino no tengan muchos inconvenientes en igualar e incluso mejorar la ficha actual del delantero argentino. Su compatriota Javier Pastore ha confirmado lo que era un secreto a voces y a pesar del discurso de José Mourinho en los días precedentes parece claro que podemos estar ante uno de los grandes culebrones del verano en materia de fichajes.
"Higuaín no se vende. Si alguien le quiere, que pague 150 millones". Esas fueron las palabras de José Mourinho el pasado viernes, aunque entrando en el terreno de las especulaciones no sería descabellado creer que el técnico portugués esté allanando el terreno para una posible salida del delantero, es decir, que si Higuaín acaba yéndose el club debe jugar el papel ante su afición de que es el jugador el que da el paso de salir, nunca que es la entidad la que le ha abierto la puerta.
La salida del jugador viene dada por su suplencia en partidos clave de la temporada. Higuaín ha gozado de minutos en la temporada (1777 en Liga, por delante de Kaká o Di María) pero él demanda ser la opción preferencial cuando el Bayern, el Barça o el rival de turno se cruce en unas semifinales de la Champions. El deseo por ser comprensible no deja de ser peligroso. En caso de marcharse a un club como el PSG, Higuaín perdería el escaparate que supone jugar en el Real Madrid, por no hablar del descenso en materia de competitividad que supone pasar de la Liga BBVA a la Ligue 1. Por su parte, el Madrid pierde una garantía de cara al gol y un jugador identificado plenamente con el club. A simple vista, todas las partes salen perdiendo.
Publicado el 14 de mayo de 2012 a las 10:30.