El Real Madrid se desquicia en Villarreal
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Si el sprint del Barcelona no está afectando al Real Madrid, la plantilla blanca lo disimula muy mal. Después de varios partidos en el alambre (víctorias por la mínima ante Rayo Vallecano y Betis), los de Mourinho han comenzado a tambalearse, dilapidando buena parte de la ventaja que mantiene respecto al Barcelona. El tiempo se está encargando de demostrar que la ventaja con la que jugaba el Madrid descargaba de presión al Barcelona. Ya sea por un tema físico o mental o por el hecho de jugar sabiendo el resultado del Barcelona, al Madrid le conviene hacer una parada en medio de la vorágine para analizar el momento que vive y así darse cuenta de que seis puntos es una diferencia importante como para salir a los partidos con un punto menos de histeria.
En Villarreal se vio a un equipo nervioso, con muchas ansias por cerrar el partido. Corría el minuto 10 de la segunda parte y parecían los últimos segundos del campeonato. Ni siquiera el precioso gol de Cristiano Ronaldo apaciguó los ánimos. Sergio Ramos fue un desastre durante buena parte del encuentro y si Nilmar hubiera elegido mejor de cara a la portería de Casillas, probablemente buena parte de las críticas irían a parar al central sevillano. Esa parte de autocrítica se antoja necesaria si el Madrid quiere conservar su renta.
Otra cosa es que Paradas Romero contribuyera notablemente al desquiciamiento blanco. Empezó el recital mostrando una rigurosa tarjeta amarilla a Lass que dejó al francés en una situación complicada. Lejos de medir sus acciones, el galo volvió a demostrar que el ímpetu con el que juega no es muy aconsejable en un terreno de juego. A la media hora el 24 blanco ya estaba en la ducha. Un penalti sobre Nilmar no pitado, faltas susceptibles de tarjeta que se quedan en el limbo y sobre todo una actitud un tanto chulesca acabaron por rematar un decorado que deja al Madrid con menos efectivos para el partido ante la Real. Dentro del capítulo de sancionados, alguien en el club debería tomar medidas para que Rui Faría no vea la quinta tarjeta roja en la presente temporada, un récord vergonzoso.
Capítulo aparte merece Iker Casillas. Desde aquí nunca he escatimado en elogios hacia un portero que ha dado muchas tardes de gloria al club blanco y a la selección. Sin embargo, empiezo a mirar con cierta preocupación la ausencia de críticas por parte de un sector de la prensa que elude emitir juicios negativos contra cualquier jugador importante de la Roja. El tanto de Cazorla y el de Senna van el debe del guardameta de Móstoles. Es cierto que el jugador del Málaga efectuó un brillante lanzamiento, pero un portero de primer nivel no puede permitirse dos goles de falta en tres días por el palo que supuestamente está defendiendo. Si a eso se le suma su deficitario juego con los pies y sus problemas en el juego aéreo, no extraña que existan rumores de que Mourinho se plantea seriamente colocar en el mercado a Casillas. Él y todo el equipo deben estar a un lado de todas las críticas contra Paradas Romero para enmendar errores de cara a un futuro próximo en el que los deslices se pagarán muy caros.
Publicado el 22 de marzo de 2012 a las 10:15.