La envidia me corroe: la felicidad de Alejandro Sanz y Raquel Pereda
Archivado en: Alejandro Sanz, Raquel Pereda, Miami
Como dice una de tus canciones, sólo se me ocurre amarte, Álex. Yo te apretaba contra mis pechos cuando las hormonas me trastornaban y era la reina del instituto. Te llevaba siempre cerca, en mi carpeta, con los apuntes de Física, de Química... y de Lengua. Pero pegaba tus posters de la Super Pop en la primera página, luego estaban los de Sensación de Vivir 90210, Jason Donovan y Jesús Vázquez (tarde en saber que era nenuco). Y compraba todos tus cassettes.
Si tú me miras Álex, no me hace falta nada más, me subo a tu tren de los momentos sin pensarlo, viviendo deprisa, pisando fuerte, haciendo estallar la fuerza del corazón.... Me río sólo de los nervios.
No es lo mismo, sin tí no es lo mismo. Cuando nadie me ve me pongo a llorar y me hincho a galletas. Cómo te echo de menos, tengo el corazón partío. Quisiera ser tu Purita, tu inspiración, dejar el alma al aire y quedarnos solos tú, yo y Miami Beach, los dos cogidos de la mano.
Dime Álex, ¿qué tiene ella que no tengo yo? Si hay Dios, que venga y te lo diga, para que se acabe ya mi soledad y yo.
Creo que esto es amor Alejandrito, aquí hay sentimiento. Florentino Pérez, el Duque y compañía son sólo espejismos superficiales sin razón de ser.
Discúlpame, pero nunca podré ser tu paparazzi. Nunca podría fotografiarte como lo hizo el compañero de Diez Minutos. Yo saldría del arbusto y me lanzaría a tus brazos. Enseguida comprenderías que soy la mujer de tu vida y le dirías a Raquel eso de te lo agradezco, pero no...amiga mía.
¿Lo ves? Me sé las letras de todas tus canciones. Espero tu llamada. Quiero morir en tu veneno. Ven, te daré todos mis sueños... 696 696 6969. Si llamas desde Miami acuérdate de marcar el 0034.
Publicado el 21 de mayo de 2009 a las 14:15.