Guti, no hay quien te aguante, ni Arantxa, ni Juande
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Se acabaron las vacaciones en Ibiza, en Marbella, los cócteles de moda en Madrid y las idas y venidas. Después de estar constantemente en el ojo del huracán, Guti y Arantxa de Benito han decidido cortar por lo sano. ¿Será que el jugador del Real Madrid no ha podido olvidar a Bibi Andersen?
Bueno, Purita Dinamita no piensa meterse en berenjenales. Dice '¡Hola!' que la pareja ya lleva tiempo separada, y que a finales de marzo el futbolista viajó a Qatar con Míchel Salgado y su mujer -Malula Sanz-, y dos personas más.
Está claro que la vida no le sonríe. Además de no aguantar a su ya ex mujer, Guti no puede con su por ahora entrenador Juande Ramos. ¿Qué le está pasando a Guti? No quiere calentar, tampoco sacar la basura...
En fin, esta ruptura me da lástima por varias razones, pero sobre todo porque ya no habrá parejas conjuntadas en las fiestas más 'chic'. Y eso que intento concienciarme de esta mala noticia desde 2003, cuando la pareja lanzó un comunicado poniendo fin a su matrimonio.
En 2006 sufrieron otra gran crisis, pero Cupido se arruinó a flechas para hacer posible las reconciliaciones. En medio surgieron rumores de todo tipo, entre ellos la posible homosexualidad del futbolista.
Para superar estos baches emocionales, Arantxa señaló en un encuentro digital que "las crisis se pasan con amor". Vamos que se acabó el amor, los posados, las estampas familiares... Atrás quedan diez años de relación y dos hijos, Zaira -de 8 años- y Aitor -de 7-.
Los papeles del dirvorcio ya están firmados, y la mudanza en marcha. Ayer mismo, Guti confirmaba la noticia a las puertas del hasta ahora domicilio familiar. Él se traslada, Arantxa y los niños se quedan en La Moraleja.
Dentro de poco tiempo comenzará lo mejor: los escarceos de ambos en la noche madrileña. Por eso, aunque el disparo de hoy estaba dirigido a Cupido por hacer el vago, he decidido no apretar el gatillo.
Además, hace días, un viernes por la noche, lo vi por Antón Martín (un barrio de Madrid) y no parecía demasiado triste. Bueno, imagino que sería él porque me costó un poco reconocerlo. Vestía de forma más extravagante de lo normal: embutido en unos pantalones rojos y una rebequita azul chillón. El pelo no se le movía y le acompañaban dos personas. Misión: A vivir que son dos días.
Publicado el 15 de abril de 2009 a las 13:00.