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En julio y agosto siempre hay ciertas noticias que se repiten sistemáticamente año tras año y que le dan a uno la sensación que el tiempo no pasa. Además de las informaciones sobre las distintas olas de calor que invaden el país, los destinos preferidos del verano y qué dietas son las más recomendadas para evitar la deshidratación, ya estamos acostumbrados a las imágenes que muestran colas infinitas tras el mostrador de una aerolínia, familias enteras durmiendo sobre sus maletas en aeropuertos o una estación de tren, viajeros de-sesperados que cuentan que se han quedado sin vacaciones, etc.
Se trata de la huelga del verano, que llega con el calor igual que la pegajosa canción de turno que se pone de moda cada temporada. Pilotos, personal de tierra, los que colocan maletas, conductores de tren, revisores, Renfe, Aena, Iberia, qué más da. El resultado es el mismo, las vacaciones de miles de personas al traste.
Y este verano, ¿qué toca? Corren rumores de que es el turno de los controladores aéreos. Sí, sólo son rumores, porque en realidad ellos no hacen huelga, lo que pasa es que casualmente se han puesto todos malos al mismo tiempo. Ellos, que cobran una media de 5.000 euros mensuales netos, serán los responsables este verano de amargar los vuelos a aquellos que apenas cobran una quinta parte de este sueldo y que llevan 12 meses llenado su hucha para disfrutar de sus vacaciones. Por suerte, no todos son tan confusos como los controladores. El sindicato CGT haciendo gala de una gran honestidad ha convocaco alto y claro una nueva huelga en Renfe para el fin de semana que comienza el 30 de julio y finaliza el 1 de agosto. Vaya, ¡si coincide en plena Operación Salida! Pero, ¿alguien lo dudaba?
Publicado el 22 de julio de 2010 a las 18:15.
