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El traspaso de Cercanías a la Gerenalitat se hará realidad en enero de 2010, dos años más tarde de la fecha prometida por el presidente del Gobierno. Es innegable que este traspaso de competencias será un paso para la mejora de la funcionalidad del servicio, pero no nos engañemos, no acabará con los problemas en la red ferroviaria. Es verdad que nunca se había invertido tanto como ahora en infraestructuras del transporte en Catalunya; pero también es verdad que durante décadas se había invertido poquísimo y se habían acumulado déficits crónicos. Para que los ciudadanos empiecen a notar realmente los beneficios de esta nueva gestión, primero hay que mejorar las infraestructuras, la alimentación eléctrica, las catenarias, los enclaves, la señalización, las estaciones, la atención al usuario y la información. También se hace necesario disponer de nuevos trenes e incrementar la capacidad y las frecuencias. Pero es también el momento de proyectar nuevas vías, del desdoblamiento de los trazados que tienen una sola vía y de la construcción de nuevas líneas en puntos más que evidentes.
Todo ello requiere invertir y gestionar con eficacia, teniendo en cuenta que, de momento, las infraestructuras seguirán atendidas por Adif. La solución acordada entre Gbierno central y Generalitat es crear un consorcio formado por Renfe y Ferrocarrils.
Un experto en auditorías e ingenierías valoró esta operación en términos económicos y apuntó que puede rondar los 8.000 millones de euros. El Plan de Infraestructuras Ferroviarias de Cercanías de Barcelona prevé, de momento, una inversión de 4.000 millones de euros hasta el 2015 para la modernización del trazado ferroviario ¿Otra vez nos quedamos cortos?
Publicado el 9 de mayo de 2009 a las 17:30.