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La huelga del miércoles afectaba directa o indirectamente a millones de españoles, sin embargo el protagonismo de la jornada del 29-S en Barcelona se lo llevaron unos 200 'sin nombre'. Digo sin nombre porque no sé cómo clasificar a estos individuos a los que se les llama 'antisistema', 'okupas', 'radicales'... Quizás estos términos estén caducados para definir a una organización (sí, se organizan y están coordinados) cuyo objetivo es montar actos vandálicos y violentos contra las fuerzas de seguridad, los civiles y el mobiliario urbano.
Se habla de los enfrentamientos que hubo en el centro de la ciudad el miércoles, coincidiendo con la manifestación de los sindicatos y trabajadores. Pero en Barcelona estos actos terroristas empezaron un día antes, concretamente a las doce y pocos minutos de la noche del martes. Los ciudadanos que en esos momentos estaban en el Born vieron incrédulos como un grupo de jóvenes destrozaron aparadores y se enfrentaron a empleados de locales, turistas y paseantes dejando a su paso varias personas tendidas en el suelo ensangrentadas. Estos 'sin nombre' estaban al día siguiente apedreando a los bomberos que intentaban apagar los fuegos que ellos mismos habían provocado. Hace años algunos quizás sentían cierta simpatía hacia el movimiento okupa y los antisistema. Pero ahora, la sociedad ha empaquetado a todos estos grupos en uno de sólo y pide máxima dureza contra ellos. Los barceloneses se han dado cuenta de que desde que los 'sin nombre' veranean a sus anchas en Barcelona los doce meses del año, cada celebración, fiesta o concentración multitudinaria acaba en actos violentos. El titular posterior al miércoles nada tiene que ver con los derechos del trabajador: por encima de una jornada tan señalada como una huelga general, la noticia en Barcelona ha sido que los ciudadanos quieren a estos delincuentes fuera de las calles.
Publicado el 30 de septiembre de 2010 a las 20:00.