El fútbol no es así
Como en casi todo, una de cal y otra de arena. La afición culé está viviendo unas jornadas históricas con un equipo que ya es leyenda. Y a algunos comerciantes, propietarios de motos y vehículos, usuarios del Bicing y todo el entorno de Les Rambles y Canaletes también se le están gravando en la memoria estos días. La madrugada del miércoles, el panorama tras la celebración del título de Champions en el centro de la Ciudad Condal era desolador: cristales de aparadores rotos, furgonetas policiales y del servicio de emergencias dañadas y contenedores quemados, además del suelo lleno de botellas, latas y escombros, que han obligado a los equipos de limpieza a emplearse a fondo tras los incidentes. No hace mucho, la batalla en la zona de la plaza de Catalunya tras la victoria del Barça en la Copa del Rey, que se saldó con 50 detenidos, un centenar de heridos leves y numerosos daños materiales, puso en alerta a las autoridades ante la posibilidad de más incidentes si los culés ganaban el triplete. Y hubo más avisos: el 6 de mayo, los seguidores menos cívicos decidieron expresar su alegría por el pase a la final de la Champions a través del Bicing. La acción de estos gamberros costó 400.000 euros, entre bicis estropeadas --en las que se subían hasta cuatro personas-- y estaciones quemadas. Las de este miércoles ya suman 100.000.
A parte de los costes, lo más preocupante es el incremento de la violencia empleada por parte de grupos radicales. Son aquellas personas que aprovechan la celebración para dar rienda suelta a un salvajismo injustificado. La administración debería preguntarse si está haciendo todo lo posible y, sin duda, habría que tomar medidas más contundentes contra esta cansina minoría incívica que insiste en aguar por sistema la fiesta.
Publicado el 28 de mayo de 2009 a las 21:30.