Archivado en: Rbalcaba, Zapatero, Felipe González, Joaquín Almunia, José Borrel, Carme Chacón, PSOE, campio en el PSOE
El PSOE sufrió un nuevo revolcón electoral en Galicia y Euskadi y probablemente sufrirá otro el próximo 25-N en las elecciones catalanas. Era -y es- lo previsible. La crisis desgastó hasta el infinito al PSOE y al Gobierno de Zapatero, pero los socialistas insisten una y otra vez en no asumir el cambio. Fue un error que Rubalcaba fuera el candidato a presidente el 20-N -ahí está la debacle electoral en esa fecha y siguientes a pesar de mantener el gobierno de la Junta de Andalucía y de ‘ganar’ Asturias- y fue un error todavía mayor que el mismo Rubalcaba liderara el PSOE después del peor resultado socialista. Rubalcaba fue ministro con Felipe González y con Zapatero y ambos presidentes salieron ‘por la puerta de atrás’; el uno por el desgaste originado por la corrupción y el otro por no saber afrontar la crisis. Quien formó parte de los equipos de ambos presidentes no es la persona adecuada para liderar un cambio y una mordernización del mensaje socialista. Quizá tampoco era la solución ‘Carme’ Chacón tras haber sido ministra de Vivienda y de Defensa en los distintos gobiernos de Zapatero. El PSOE no aprendió la lección del relevo en el liderazgo de Felipe González cuando se apostó por un Joaquín Almunia que ni siquiera fue capaz de ganar las primarias a José Borrell, aunque fue candidato a presidente al tener que renunciar Borrell. Fue finalmente un joven Zapatero el que recogió en el verano del 2000 todo ese descontento con el único capital político de haber sido un silencioso y trabajador diputado por León desde 1986. Ahora tendrá que pasar lo mismo si el PSOE quiere remontar el vuelo. Habrá que buscar a un joven socialista que encarne una nueva imagen y que no esté ‘manchado’ ni por la crisis ni por la corrupción. Alguien que no sea partícipe de las decisiones que el PSOE tomó en el Gobierno y que tan poco resultado dieron para frenar la crisis. Y alguien también que acepte una nueva realidad, que se acabó el gratis total y el gastar lo que no se tiene y un replanteamiento del Estado del Bienestar desde la coherencia y la realidad actual. Quienes desde sus puestos no fueron capaces de frenar los efectos de la crisis están ahora menos legitimados para tan duras críticas y menos aún para ponerse al frente de tanta manifestación. Es verdad, Rajoy pasará a la historia como el presidente que ha sufrido una mayor conflictividad social -con una huelga general, otra en marcha para el 14-N e infinidad de protestas sectoriales y dominicales-, pero todo ello no nólo no ha repercutido en votos para el PSOE sino que sigue perdiendo apoyo electoral y social. Y es que el que hasta hace poco era el ‘padre’ de los recortes y las subidas de impuestos no puede ser ahora el que apoye tanta protesta social. Lo mismo le pasa a Rajoy; ‘vendió’ el paraíso y ahora le toca vivir en el infierno. ¡¡¡Con lo que le costó ser presidente..!!! Pues es un aviso: Hay que prometer lo que se puede hacer...
Publicado el 2 de noviembre de 2012 a las 10:00.