Maldita deuda
Uno tiene la sensación de que el equipo municipal ha dejado escapar casi medio año de gestión amparándose en la culminación de la auditoría encargada a Deloitte. Se me podrá contestar que estos meses de gobierno han sido de un constante ajuste y un auténtico ejercicio de austeridad con reducción de dedicaciones exclusivas y cargos de confianza y un estricto control de todo el gasto. Pero desde los primeros días de gobierno ya se habló de que la deuda superaría ampliamente los 400 millones de euros y en vez de coger el toro por los cuernos desde el primer momento se optó por encargar una auditoría privada gastando un dinero que no se tiene cuando podría haberse hecho internamente y sin coste. Al final, el Ayuntamiento de León tiene una deuda total de 437.241.000 euros. Una pasada para la que había que haberse puesto manos a la obra desde el primer momento y tener ya en marcha un presupuesto para 2012 acorde con la dura realidad económica del Ayuntamiento. Pero la auditoría no se presentó hasta el viernes 2 de diciembre y el presupuesto municipal de 2012 no llegará hasta la primavera. Mientras tanto funcionará ese presupuesto tan horroroso de 2010 prorrogado a 2011 y con un desfase de ingresos descomunal.
Cifrada la deuda hay que afrontarla. El Ayuntamiento es el motor de la ciudad y tiene que estar en plena forma. Urge financiar esa deuda a largo plazo e ir pagando con las reducciones de gastos y de inversiones. Esto es como una familia que pide una hipoteca de 300.000 euros y gana al año 40.000 y que sabe que durante 30 ó 40 años tiene que apretarse el cinturón porque mensualmente habrá que pagar ‘la letra’ del piso. Pues esto es parecido. El Ayuntamiento tiene que ajustar los gastos y amortizaciones de créditos a unos ingresos de unos 110 millones de euros. Se ha hablado de vender la participación en Serfunle y en Aguas de León y también solares y edificios para generar ingresos ‘extras’. También de reducir dos días la recogida de la basura o reorganizar el autobús. Todo es posible, pero lo importante es establecer un rígido plan de gastos y lograr que el Ayuntamiento sea el motor de la ciudad y no un freno para las empresas.
Publicado el 9 de diciembre de 2011 a las 09:45.