El balance del 22-M
El Partido Popular ha logrado una gran victoria electoral, cimentada en las mismas bases que en 1996 cuando José María Aznar mandó a la oposición a Felipe González. Entonces fue la corrupción del Gobierno socialista la que sirvió a Aznar para repetir una y otra vez aquello de “¡Váyase, señor González! y terminó siendo presidente en 1996 tras perder en las elecciones de 1989 y 1993. Aznar partía de una Alianza Popular (AP) con poco poder y tras refundar el partido en el actual Partido Popular llegó a La Moncloa aprovechando el ocaso del felipismo, la crisis económica y sobre todo la corrupción. El mismo camino parece que va a recorrer Mariano Rajoy. Perdió de forma inexplicable las elecciones del 11-M de 2004 por la mala gestión del atentado que hizo el Gobierno empeñado en atribuir a ETA el atentado y volvió a perder en 2008 cuando ya la crisis económica asomaba la cabeza aunque nadie pensaba que fuera de la virulencia que luego ha demostrado. En estos cuatro años, Rajoy ha centrado su mensaje y sus críticas en Zapatero, al que responsabiliza de todos los males que asolan a la economía y la sociedad española. Y ha calado ese mensaje en la sociedad. ¡Vaya si ha calado! La marea azul que dejó el 22-M es una buena muestra del cabreo que existe en todos los rincones del país. Ahora el PP tiene el reto de saber administrar la victoria y de que el ‘rodillo político’ otorgado por los ciudadanos sirva para poner en marcha las soluciones que tanto han predicado sus líderes y no para generar nuevos problemas ni para ‘pasar facturas’.
Publicado el 27 de mayo de 2011 a las 10:30.