A vueltas con el IBI
Era de esperar. El IBI se convertirá en uno de los temas estrella de esta campaña a la Alcaldía de León. Hablar de impuestos es hablar de rascar el bolsillo a los ciudadanos, de ahí que sea un tema recurrente en campaña electoral y más cuando el actual equipo de gobierno dentro de su ‘plan de salvación económica’ incluyó subir el IBI de 2008 algo más de un 27%. Además, esta subida está recurrida en un contencioso en el Tribunal Supremo dado que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León declaró nula la subida porque el Boletín Oficial de la Provincia del 31 de diciembre de 2007 se publicó el 3 de enero del año 2008 y tiene que ser antes de comenzar el ejercicio fiscal. La batalla legal va para largo sobre todo si se mantiene el actual pacto de gobierno PSOE-UPL o si el PSOE obtuviera la mayoría absoluta. Y es que de confirmar la sentencia el Supremo, el Ayuntamiento de León iría contra la Diputación, ya que es la responsable del Boletín Oficial de la Provincia e iría patrimonialmente contra esta institución por publicar tres días después el BOP con fecha de 31 de diciembre. Pero ya en el comentario de la semana pasada advertía de la delicada situación económica del Ayuntamiento y de que era el momento de la austeridad y no de las promesas imposibles. Y bajar el IBI está entre las promesas fáciles de hacer y muy difícil de cumplir. El IBI es la principal fuente de ingresos del Ayuntamiento y la más estable. Supone actualmente unos 40 millones de euros (casi el 30% de los ingresos) y la subida supuso una media de unos 70 euros por inmueble. Es una medida impopular porque supone pagar a escote el desaguisado de años de mala gestión que llevaron a una deuda de 300 millones de euros. Alguna vez había que afrontar la deuda y el pago a proveedores, lo que exigía también sacrificios. Pues hay que profundizar en esa línea de austeridad para corregir dicho desequilibrio. Los que están podrán vivir de las rentas de un mandato histórico en inversiones, pero los que quieren llegar no pueden hacerlo a base de promesas imposibles. Hay margen para la imaginación, no para el engaño. Ahí están los tristes ejemplos del Conservatorio y del centro de Aspace.
Publicado el 25 de febrero de 2011 a las 09:30.