El Palacio de los insultos
Dice el refrán que “quien siembra vientos recoge tempestades”. Y eso es lo que parece que le está pasando a Isabel Carrasco. Su lista de ‘cadáveres’ políticos es ya larga y de un tiempo a esta parte les venimos contando el uso partidista y personalista que la presidenta está haciendo del dinero de la institución provincial vetando a los medios que no comulgan con sus imposiciones y controlando hasta las fotos que se publican y los ‘cortes’ que se meten donde sigue invirtiendo una cantidad se puede decir que millonaria. Y lo peor, no es para pagar una campaña salvaje de promoción de los productos de León o las estaciones de San Isidro y Leitariegos, no; prácticamente sólo es para que ella salga bien en cuantos acontecimientos presenta y que vuelva a salir los domingos en páginas de autobombo personal. Pero esto, la mala gestión y el uso partidista de los fondos es una cosa... y otra muy distinta es llegar a la descalificación permanente y a los insultos. Dice Matías Llorente que al denunciar el favoritismo de la presidenta con su pareja, su hija y el novio de ésta al utilizar pases vip gratuitos en San Isidro, la presidenta afirmó “menudo hijo puta es este tío”. Llorente, muy cuco él, se garantizó otra rueda de prensa por todo lo alto guárdándose el insulto. Y atacó comentando la salvaje expresión y calificando a la presidenta de comadreja y alimaña. Luego han salido las 20 alcaldesas del PP emitiendo un comunicado en el que piden la rectificación pública de Matías Llorente porque “es un ataque frontal a la mujer” y le piden que haga una oposición constructiva no basada en el insulto y en la descalificación. Dicen que en política no vale todo. Evidentemente. Y el insulto y la descalificación deberían estar desterrados de la vida política. Pero para todos. También los diputados del PP salen en defensa de la presidenta. Ah, pero nadie dice nada en contra de Carrasco -faltaría más- y vamos que yo sepa la expresión “menudo hijo puta es ese tío” es algo salvaje. Es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Estamos en vísperas de examen electoral y hay demasiados nervios. Y lo dicho, insultos,no; pero nadie.
Publicado el 4 de febrero de 2011 a las 09:30.