Las cuentas y los fantasmas del Palacio
Probablemente la Diputación de León no volverá a tener una legislatura como la actual en lo que a solvencia económica se refiere. Los acontecimientos ocurridos en 2014, con una presidenta asesinada, un presidente detenido y la elección de un tercer presidente en apenas seis meses, generaron una situación de inseguridad y de ‘gobierno al ralentí’ que propició la aglomeración de remanentes con gastos presupuestados y no ejecutados.
Se habla de unos 149 millones de euros, de los cuales una parte importante se destinará a ir pagando obras y proyectos que se han realizado con retraso y otra a ‘liquidar’ la deuda de la Diputación con los bancos cifrada en unos 41 millones de euros y que supondrá la ‘desaparición’ de una partida anual de unos 11 millones de euros destinada a la amortización de capital y el pago de intereses. Después de afrontar estos dos pagos (obras pendientes y amortización de los créditos) la Diputación tendrá un ‘sobrante’ de unos 65 millones de euros. Ya está decidido que se afrontará un nuevo Plan de Carreteras por un importe de 29 millones de euros, que se suma a otro de un importe similar en 2016, pero que no llegará a cubir toda la Red Provincial de Carreteras dependiente de una Diputación que todavía tendría 36 millones en ‘caja’ y cuyo mejor destino sería la elaboración de un plan de carreteras que incluyera toda la red provincial con esos 65 millones (29 previstos + los 36 sobrantes). Quizá nunca más haya la oportunidad de afrontar un plan global para modernizar todas las carreteras provinciales en un plan a varios años y empezando por las carreteras en peor estado.
Pero el Palacio de los Guzmanes es un lugar difícil y unos quieren desde dentro imponer su criterio o simplemente boicotear la acción de gobierno; y otros desde fuera intentan pescar en ese río revuelto en el que tan bien se desenvolvía la difunta Isabel Carrasco, pero que dejó tanto sectarismo que ahora algunos se están aprovechando de ello.
Hay dinero y liquidez, hay ideas (Plan de Bomberos, carreteras, productos de León, turismo, planes de obras, de juntas vecinales, de emprendedores),... Hay hasta mucho consenso... Sólo queda que en el Palacio y fuera de él se reme en la misma dirección y no se dediquen ni a ‘cobrar facturas pasadas’ ni a poner palos en las ruedas ni a buscar rédito político. Ya está bien de fantasmas. Las provincia de León es una tarea de todos y cada uno debe aportar su granito de arena para ‘reinventarla’ y revertir esa sangrante realidad de la despoblación.
Publicado el 21 de julio de 2017 a las 09:00.