Patxi lópez, Pedro Sánchez y ¿Susana Díaz?...
El PSOE ha vuelto a ‘incendiarse’. Pedro Sánchez no ceja en su empeño de volver a hacerse con las riendas del PSOE y anunció oficialmente -y en Sevilla- que presenta su candidatura a la Secretaría General del PSOE. Es el segundo que lo hace, tras Patxi López, al que Sánchez ‘hizo’ presidente del Congreso en la minilegislatura que hubo tras las elecciones de 20 de diciembre de 2015 y hasta la disolución de las Cortes el 3 de marzo de 2016.
Pedro Sánchez ha llamado traidor al ex lendakari vasco y ha lanzado un órdago en toda regla a los militantes socialistas proponiéndose de nuevo para el cargo. Al ser elección por primarias y votar los militantes, Sánchez se ve ganador seguro de que el ‘No es no’ tan repetido a Rajoy es un eslogan de triunfo seguro pues caló en la militancia. Olvida Sánchez su doble debacle electoral (con mínimos históricos de 90 diputados el 20-D y los 85 actuales el 26-J), así como su fracaso como candidato a la Presidencia del Gobierno. Olvida también que hombres de la relevancia de Antonio Hernando se pasó al bando vencedor del Comité Federal y sigue de portavoz del PSOE en el Congreso. Patxi López también renegó de los métodos de Sánchez, como César Luena, Óscar López o Rafael Simancas. Pero claro, el sistema de primarias -un militante, un voto- da mucho margen para las sorpresas. En eso confía Sánchez.
El PSOE necesita argumentos para frenar a Sánchez demostrando que la abstención para dejar gobernar Rajoy fue una decisión acertada.
En cualquier caso, la presencia ‘electoral’ de Pedro Sánchez reabre una herida que será imposible de cerrar. Gane o pierda, el PSOE quedará dividido en dos bloques irreconciliables. Sánchez no sólo ha lanzado un órdago al partido anunciando su candidatura sino que lo hizo con provocación y chulería en Dos Hermanas, en Sevilla; en el territorio de Susana Díaz, la líder del PSOE andaluz y presidenta de la Junta de Andalucía, que sigue con sus calculados planes para acceder a la Secretaría General del PSOE parece que sólo se presentará si le ‘salen los números’ que le garanticen la victoria.
Desde posturas tan divergentes parece imposible el acuerdo y sólo una unión de fuerzas entre dos de las candidaturas garantizaría la victoria. Lo más importante sería respetar las reglas democráticas, pero no parece que en estas circunstancias sea posible garantizar que quien pierda se ponga a las órdenes del ganador/ganadora. Así la ‘guerra’ será interminable poniendo en jaque a un partido con más de 130 años de historia... Un poquito de por favor...
Publicado el 3 de febrero de 2017 a las 09:00.