Del 20-D al 26-J... y las mismas ansias de poder
Nada parece cambiar en el panorama político de cara a las elecciones generales del 26 de junio. La larga travesía en el desierto que han supuesto los hasta ahora casi cinco meses que han transcurrido desde las elecciones del pasado 20 de diciembre ha servido para poco. Pedro Sánchez, el único que dio el paso de someterse a la investidura, intenta una y otra vez poner en valor “su valentía por dar la cara y un paso al frente” para que España tuviera Gobierno. “Los que bloquearon el reloj del cambio lo pagarán en las urnas”, dice el líder socialista mientras acusa al “PP y a Podemos de ser una pareja de hecho con la misma obsesión, el PSOE”. Un discurso agresivo mientras las primeras encuestas lo que reflejan es una bajada en la intención del voto socialista, que incluso pasaría a ser la tercera fuerza política si ‘fragua’ la suma de votos de Podemos e IU al unir sus fuerzas. C’s, con quien Sánchez pactó de cara a su investidura y a los que antes calificaba como “las nuevas generaciones del PP”, se libran de momento de los ataques furibundos del candidato socialista. Ciudadanos mejora en intención de voto a la espera de lo que pueda dar de sí el ‘pacto comunista’ de Podemos, que en solitario cotiza a la baja, e Izquierda Unida, cuyo líder Alberto Garzón es el mejor valorado; pacto que también tiene sus detractores y que quiere sumar al PSOE para el Senado para arrebatar la mayoría al PP.
Y el PP, con Rajoy a la cabeza, sigue predicando por España las bondades de su política económica con crecimiento económico y creación de empleo tras coger el país en la ruina. El PP sigue siendo la opción ganadora, pero muy lejos de la mayoría absoluta. Y lo peor, nadie quiere ser socio del ‘presidente de los recortes’. Quizá sólo Albert Rivera y sus ‘Ciudadanos’ se plantearían un pacto con el PP si la suma diera mayoría absoluta y si Rajoy aceptara ‘apartarse’ de la presidencia y el PP se abriera a una regeneración democrática con ‘nombres’ que no estén implicados en la cada vez más corrupta historia de un Partido Popular que ‘vende’ moderación, unidad y buena gestión.
El mismo panorama que en diciembre de 2015. Todos van a lo mismo y se han ‘retratado’ estos meses con una negativa experiencia de cuatro partidos que no han ‘sabido’ llegar a un acuerdo de gobierno porque todos querían mandar. La ambición política sigue siendo el gran problema. Quizá el electorado ha tomado nota y algunos lo pueden pagarlo caro. Todavía queda más de un mes para escuchar barbaridades...
Publicado el 13 de mayo de 2016 a las 09:15.