Polémico nuevo conservatorio
La construcción del nuevo Conservatorio de Música de León se encuentra en un callejón de difícil salida. La Consejería de Educación, que dirige el leonés Fernando Rey, decidió dotar de una nueva sede al ‘viejo’ Conservatorio de Santa Nonia, propiedad de la Diputación, institución que precisameante ‘ejerció’ durante muchos años la ‘competencia impropia’ de la enseñanza musical (que no es obligatoria). En tiempos de la difunta Isabel Carrasco se puso fecha al final de esta situación traspasando la enseñanza a la Junta y fijando en 300.000 euros la renta anual por el alquiler del edificio. (Ven, para qué las autonomías si se dedican a engordar la administración sin preocuparse primero de ejercer y financiar sus compentencias...). El plazo debería finalizar en 2018 y el consejero leonés se puso manos a la obra buscando algo bueno, bonito y barato al no poder afrontar los más de 10 millones y los 6-7 años que tardaría en construir un nuevo edificio en la parcela cedida al final de La Palomera, además de mantener la ‘renta’ con la Diputación y el flagrante incumplimiento.
Y se puso en contacto con su amigo Silván, alcalde de León, y le ofreció alguna que otra posiblidad, pero la que más convenció fue la del edificio anexo al Nuevo Estadio Reino de León -la ‘barriga’ este mirando al Bernesga-, que apenas se utilizó un par de años como recinto ferial (IFYCEL) y donde la crisis enterró una inversión de 3,8 millones. El Conservatorio ocuparía las tras plantas (baja, primera y segunda) con una superficie de 4.950 metros cuadrados, superficie que supera a la de los conservatorios construidos por la Junta en otras ciudades. El Ayuntamiento cedería el uso para este fin y la Junta invertiría en torno a 5 millones de euros en adaptar el ‘esqueleto’ de un edificio bastante abandonado en un moderno Conservatorio donde también cabría un auditorio de 400-500 espectadors, una cafetería y una zona para agrupar servicios dispersos de la Dirección Provincial de Educación. Era como ‘matar’ varios pájaros de un tiro: la Junta cumplía con su compromiso invirtiendo una cantidad asumible, el Ayuntamiento daba utilidad a unas instalaciones de comienzos de siglo bastante abandonadas y recuperaría la parcela de La Palomera y la Diputación podría hacer planes para adaptar ‘su edificio’ y agrupar servicios dispersos... Pero estudiantes y profesores no quieren el traslado. “No nos vamos al estadio”, gritaban ante un consejero decidido a afrontar la obra porque no le convencen los argumentos de inseguridad y lejanía del estadio “salvo que haya una voluntad ciudadana en contra”...
Publicado el 15 de abril de 2016 a las 09:15.