diálogo de sordos
El Debate de Investidura de Pedro Sánchez ha sido una prueba más del típico diálogo de sordos en que han convertido la política los propios políticos. Sólo les importa su futuro (político y por tanto económico y el poder que ello lleva implícito) y poco el de los ciudadanos. Los ajustes y recortes realizados desde 2010 por gobiernos del PSOE (Zapatero) y PP (Rajoy) fueron creando el caldo de cultivo adecuado para que crecieran como la espuma partidos ‘populistas’ como Podemos y Ciudadanos. La realidad es la que es; muy cruda todavía por culpa de la crisis económica y, sin embargo, los políticos de todos los signos prometen el milagro de los panes y los peces... Se puede administrar mejor, pero no sacar tantos recursos para cambiar de golpe la dura realidad económica y social y volver a 2007.
La crisis obligó a Zapatero a ceder en sus políticas sociales y le llevó (a él y al PSOE) al desastre. Rajoy, que tanto le criticó, vendió milatros, pero tuvo que incrementar los recortes y las subidas de impuestos... y el electorado le castigó duramente perdiendo la mayoría absoluta y más de 60 diputados... El que venga, bien en esta legislatura o bien en las nuevas elecciones del 26 de junio, tendrá que seguir el camino de Rajoy e ir corrigiendo los recortes y ajustes mejorando la política social. Ahí está el ejemplo de Grecia y de Tisipras... muchas promesas de mejora y una realidad con más ajustes.
En España, con los resultados electorales del 20D, lo lógico era dejar gobernar a Rajoy y al PP para terminar de quemarlos con sus recortes y ‘su’ corrupción. La oposición marcaría el ritmo y si no seguía el camino impuesto la moción de censura de los partidos ‘progresistas’ estaría justificada. Pero se eligió el camino más pedregoso y empinado. Rajoy defiende su mayoría porque quizá sea su última oportunidad; Pedro Sánchez ha puesto toda la carne en el asador porque, tras lograr el peor resultado del PSOE (mucho peor que el de Rubalcaba en 2011) sólo le quedaba la opción de ser presidente para seguir en la primera línea política; Pablo Iglesias porque tiene prisa por llegar al poder para imponer su modelo político, social y económico; y Albert Rivera porque no logró el buen resultado que preveían las encuestas y sólo estando en primera línea puede seguir arañando escaños y representación al PP. Si al final nadie cede para la gobernabilidad de España y hay que convocar nuevas elecciones, habremos perdido, tiempo, dinero y categoría. Sobra demagogia y falta sentido común. Prometen cambio, pero siguen con la vieja política.
Publicado el 4 de marzo de 2016 a las 09:15.