Corrupción... ‘y tú más’. Ése no es el camino
Está claro que la corrupción se ha situado, junto al paro, en el problema que más preocupa a los ciudadanos españoles. La proliferación de casos con estafas millonarias (en euros, no en pesetas, por lo que la gravedad es mayor) ha calado en la sociedad española hasta límites poco sospechados. Estamos en situaciones similares a la de mediados de los 90 cuando a los distintos gobiernos de Felipe González le salpicaban los casos de corrupción por todos los lados y en 1996 terminó perdiendo en las urnas ante el PP de José María Aznar y su célebre y repetitivo ‘Váyase, señor González’. Ahora la corrupción ha cambiado de barrio, o al menos es en el PP donde más casos trascienden. Lo peor de este asunto es la lentitud de la Justicia. Que ahora aparezca que Jordi Pujol y sus hijos se hayan llevado crudo cientos de millones... pues sorprende y mucho. Durante años se denunciaron irregularidades en Banca Catalana o concesiones basadas en el poder absoluto del entonces honorable. Nadie hizo caso... porque CiU fue siempre el socio necesario para apuntalar gobiernos en España y no era cuestión de mosquear al ‘cacique’ catalán. De aquellos polvos vienen ahora unos lodos cuyas dimensiones reales tardarán años en descubrirse.
Lo mismo pasa ahora en el PP. Llevamos años con el ‘caso Gürtel’, de financiación ilegal del Partido Popular, y aunque Luis Bárcenas lleva meses en la cárcel todavía no se ha logrado llevar a juicio a tantas personas como parecen implicadas. Por efectos colaterales del ‘caso Gürtel’, Ana Mato ya es historia como ministra de Hacienda. Dice tener la conciencia tranquila de no haberse llevado nada, pero el juez entiende que ha participado de lo mucho que sí parece claro que se llevó su ex marido Jesús Sepúlveda. De momento, no hay ninguna imputación, pero vamos a ver en qué termina la historia no vaya a ser que le pase como a Isabel Pantoja, en prisión por blanquear el dinero que recibía del otrora novio Julián Muñoz, también encarcelado y que llevaba a casa bolsas de basura repletas de billetes. Una pasada. Y en León también sabemos algo de corrupción, con un ex presidente de la Diputación,Marcos Martínez, en la cárcel ya más de un mes, y al que el juez no deja en libertad por miedo a la fuga y a la destrucción de pruebas del ‘caso púnica’.
Si vamos al PSOE, el asunto de los EREs de Andalucía tampoco pinta nada bien y los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán no tienen un panorama nada halagüeño. Y éste es el problema, que no se actúa con contundencia: En vez de aprobar normativas claras y contundentes y que no se escape nadie, se divaga en exceso poniendo el listón altísimo a la hora de fijar la corrupción en el bando propio, pero se dispara contra todo lo que se mueve en el bando contrario. Así es muy difícil acabar con la corrupción. El ‘y tú más’ no es el camino para erradicar las conductas impropias de quienes aprovechan el cargo público para engordar sus cuentas corrientes o para beneficiar a amigos y parientes. Hay que seguir rastreando el pasado porque se ve claro que la construcción fue un nicho propicio para una fácil corrupción de la que muchos políticos sacaron tajada. Tienen que pagar por ello devolviendo a la sociedad todo aquello que se llevaron ilegítimamente e inhabilitándoles para ocupar cargos o puestos de trabajo públicos. E incluso pagando un buen interés que sirva de ejemplo e hipoteque sus vidas futuras. La cárcel no es un buen camino. Pero sobre todo hay que legislar para enderezar el rumbo del futuro. Estamos en una crisis económica de raíces profundísimas y a la vez estamos asombrados por la cantidad de pasta que se llevaron algunos. Seguro que los recores no serían tan duros si hubiera habido una buena gestión. Pero Cajas de Ahorros, Ayuntamientos, Comunidades Autónomas... quedaron como auténticos solares -e hipotecados- mientras jueces y políticos miraban para otros lados. Se debe acabar con el ‘Y tú más’ y perseguir al corrupto... sea del partido que sea.
Publicado el 28 de noviembre de 2014 a las 09:15.