El ciudadano como excusa
Artur Mas sigue desafiando al Estado de Derecho con su ‘capricho’ de mantener el referéndum del 9-N para la independencia de Cataluña. Dice actuar en nombre de una mayoría social que quiere ir por ese camino, la misma mayoría ciudadana a la que apelan los que no quieren iniciar la senda independentista. La democracia es un sistema político de mayorías y hay que aceptar las reglas del juego. Y mientras no haya otra, la ley que rige la sociedad española es la Constitución de 1978. Quizá se haya quedado ‘vieja’ y haya que reformarla, pero con diálogo y consenso como pasó en la transición. A Artur Mas se le llena la boca de democracia y derecho a decidir. Por la misma regla de tres cualquier autonomía, provincia e incluso municipio podría decidir crear un estado propio. ¿Qué pasaría si Cataluña lograda la independencia y, por ejemplo, Lérida quisiera pasarse a la Comunidad de Aragón? ¿Dejaría sin más que decidieran los leridanos o tendría la misma estrategia opositora que el Gobierno de España?
Este verano me comentaba un taxista catalán en Barcelona que Cataluña sí quiere tener el derecho a decidir, pero que no quiere la independencia. Venía a decir que esta pulso de Artur Mas al Gobierno no es más que una estrategia para conseguir más competencia y más dinero que administrar. “Acuérdate de lo que te digo este 18 de agosto de 2014, aunque haya referéndum saldrá el no. Aquí ha habido demasiadas imposiciones catalanizadoras y la gente lo que quiere es vivir bien y en libertad. Y estamos bastante bien”. Es decir, el mismo sentimiento que en Escocia. Un parte que quiere la independencia y otra que prefiere seguir como está, pero con una mejor administración y cercanía al ciudadano. Al final, en Escocia salió un 44% de escoceses frustrados y un 54% aliviados por correr un tupido velo a una situación de provisionalidad y enfrentamientos preocupantes. Pero si pasara al revés, el ‘divorcio’ siempre tiene un precio y no porque te separes te vas a llevar la mejor parte. Además, precisamente ahora los nacionalistas catalanes de CiU con el ex honorable Pujol a la cabeza están dando unas lecciones tan lamentables de sectarismo y corrupción que no parecen ser el mejor ejemplo para que Cataluña emprenda un nuevo camino.
Publicado el 3 de octubre de 2014 a las 09:30.