Un militante, un voto
Está ahora de moda el exigir llevar la democracia a su máxima expresión buscando consultas y/o referéndums para todo. Se pide un referéndum para decidir si el Príncipe Felipe pasa a ser el Rey Felipe VI o si España deja de ser una monarquía parlamentaria o si se proclama la III República. Pero tenemos una Constitución en vigor y hay que respetarla. Es cierto que la Constitución va camino de los 36 años y que España ha cambiado mucho desde aquella ‘incierta’ transición hasta el terremoto que ha supuesto la crisis económica. Lo lógico es seguir la senda constitucional vigente y buscar una nueva Constitución a medio plazo. Ahí es cuando los españoles podrían aceptar o rechazar con su voto el modelo constitucional elegido. Es anacrónico que en pleno siglo XXI alguien herede la Jefatura del Estado como quien hereda una casa o una empresa. La historia de España está llena de ejemplos de herederos que no han estado a la altura de las circunstancias y así nos ha ido. Pero no se puede romper por las bravas el ritmo lógico de un Estado de Derecho. Es de suponer que el futuro Felipe VI esté escuchando las cada día más frecuentes voces que cuestionan la monarquía y piden someter a referéndum su proclamación como rey. Y si ha tomado nota tendrá que buscar la manera de conectar con esta ‘revuelta’ sociedad actual para salir refrendado en la necesaria nueva Constitución.
Pero donde más está en el centro de la ‘batalla democratizadora’ con la filosofía de ‘Un militante, un voto’ es en el PSOE.Los socialistas, inventores de las primarias para elegir candidatos, dan un paso más ahora en busca de que el líder del PSOE lo elijan los militantes y no los delegados salidos de congresos controlados por los ‘aparatos’ de los partidos. Está muy bien que voten directamente los militantes... pero ¿hasta dónde? ¿Por qué sólo para elegir al secretario general y no para el resto de miembros de la Ejecutiva para buscar que todas las sensibilidades estén presentes en la dirección? Luego llegarán los candidatos a alcaldes y presidentes de gobiernos autonómicos. ¿Por qué sólo elegir candidato y que éste elija sus compañeros de viaje en vez de respetar la decisión de los militantes y elegir la candidatura completa por el orden alcanzado en las votaciones? ¿Sería posible gobernar, aun con mayorías absolutas, cuando los mismos miembros de un partido político van cada uno por su lado porque defienden intereses distintos al recibir también apoyos dispares? Da la impresión de que se va demasiado rápido en la puesta en marcha de ‘Un militante, un voto’ y que no se han calculado bien ni los límites ni las hipotéticas consecuencias de un sistema inicialmente más democrático, pero que puede degenerar en ingobernabilidad.Ahora por ejemplo Izquierda Unida ya está quitando legitimidad al Parlamento porque PP y PSOE sufrieron el 25-M un notable batacazo. IU no tiene en cuenta ni que eran elecciones europeas ni que hubo una gran abstención. Habrá que respetar los plazos y ver qué pasa en 2015. Lo contrario, ir con tanta velocidad, sólo puede traer descarrilamientos innecesarios.
Publicado el 13 de junio de 2014 a las 09:15.