El Palacio del siglo XXI
En el número 420 de Gente en León, del 29 de noviembre al 4 de diciembre, comentaba en esta misma sección que era una buena noticia que, por fin, Gobierno -a través del Ministerio de Industria, Energía y Turismo-, Junta -con el compromiso de las consejerías de Fomento y Hacienda- y Ayuntamiento de León -como gestor del proyecto- hubieran firmado un acuerdo sobre los plazos para las aportaciones de cara a finalizar las obras en 2016. En ese mismo artículo se matizaba también el optimismo, ya que se advertía que en 2016 sólo se concluirían las obras del Palacio de Exposiciones y quedaría para 2018 concluir todo el proyecto con la inauguración del Palacio de Congresos. Es decir, se nublabla bastante el triunfalismo inicial del ‘gran pacto’ a tres bandas acordado en Madrid para poner fechas a las aportaciones que garantizaban el final de las obras en un plazo razonable dada la incertidumbre que existía tras el aplazamiento ‘sine die’ adoptado por el Ministerio de Industria de su aportación pendiente de 9,9 millones de euros y la apatía de la Junta, que por entonces acababa de aportar sus segundos 5 millones (de 30 previstos) y que en esa ‘cumbre’ se comprometió también a 2,5 millones más en 2013, transferencia ya realizada.
El viernes 27 de diciembre se confirmaban las fechas y se ponían plazos para las aportaciones de cada institución, que se alargan hasta 2018, que será cuando esté finalizado el proyecto concreto; eso sí, con una matización importante pues se ha decidido suprimir la peculiar cubierta solar diseñada por Dominique Perrault, que era una de las señas de identidad de un proyecto que el propio arquitecto francés definió como “el nacimiento del nuevo León”. La razón esgrimida para suprimir la cubierta fotovoltaica es la necesidad de compensar los 2,5 millones de euros de la desviación del IVA al subir del 18 al 21%. Quizá pueda recuperarse en el futuro...
Ahora sólo cabe esperar que se cumpla lo firmado, que las aportaciones lleguen en tiempo y forma y que no haya más retrasos ni reformas del proyecto. La sucesión de elecciones que se celebrarán en 2014 y 2015 quizá sea una garantía para que el dinero vaya llegando de la forma convenida y quizá incluso pueda haber una aceleración de las obras dado que el Ayuntamiento tiene dinero en ‘caja’. Más retrasos serían nefastos para un proyecto nacido en 2004, cuando se convocó el concurso de ideas, y que tras comenzar las obras en 2010 estaba prevista su conclusión dentro de unos meses, en el primer semestre de 2014. No será posible y un proyecto de esta envergadura quizá llegue tarde a cumplir el objetivo para el que fue concebido. Y es que si el Gobierno tiene razón y la recuperación económica ha comenzado será el próximo año -2015- cuando se empiecen a ver síntomas claros y para entonces León, que tiene fijado parte de su futuro en el turismo y en los congresos, no contará con su emblema, ya que seguirá en obras y sólo podrá ofrecer ‘El Palacín’, totalmente desaprovechado hasta al fecha, para tirar del turismo. Sería nefasto llegar tarde y perder otro tren de futuro...
Publicado el 3 de enero de 2014 a las 09:15.
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