Batallas socialistas sin fin
Quienes quieren ver en el enfrentamiento entre las Ejecutivas Provincial y Local del PSOE en León una mera lucha de gallitos por un puesto público se quedan muy cortos. La guerra intestina del PSOE va mucho más allá y trasciende, desde luego, a los máximos responsables del partido en la capital, en la provincia...y en la comunidad. Las cenas de Navidad serán un buen reflejo de la batalla interna; la primera está organizada por la Ejecutiva Provincial y es este sábado en Sahagún con la presencia de Óscar López.
José Antonio Diez, portavoz en el Ayuntamiento de León, se convirtió en un ser muy incómodo para su partido cuando lanzó un órdago desde su agrupación (la más numerosa de Castilla y León, con más de 630 militantes) al secretario de Organización Federal y portavoz en las Cortes de Castilla y León, Óscar López. La agrupación de León se negó a aceptar la moción de censura de Ponferrada, avalada por un ‘acosador’, y eso desencadenó una reacción en cadena en Madrid. Carmen Chacón, a la que habían apoyado los críticos leoneses en su fallida candidatura por la máxima representación del PSOE, presionó desde Cataluña y Rubalcaba obligó a López a pedir perdón (hasta una veintena de veces en su intervención) y relegó para siempre (o para luego que en el PSOE como ya se sabe se perdona mucho) sus aspiraciones de suceder a Zapatero. López, desde su puesto de número 3 del PSOE en Ferraz, pretendía ser el oculto y ganar desde la puerta de atrás cuando los candidatos fueran cayendo uno tras otro quemados por las encuestas y, cómo no, por los periódicos afines al Gobierno. Óscar López juró venganza y ayudado por el secretario general provincial, Tino Rodríguez, y sus colaboradores fuertes (el senador Ibán García y la procuradora Teresa Gutiérrez, entre otros), aquellos que nunca negaron la conveniencia de esa moción que tanto daño ha hecho al PSOE, empezó una guerra larvada por acabar con José Antonio Diez. Cuñas en el grupo municipal, contraprogramación en los actos, injerencia en su actividad de oposición y declaraciones públicas insultantes (y sobre todo privadas) han sido el continuo hacer de la Ejecutiva Provincial. Desde la Agrupación Local se ha reaccionado con vehemencia y, a veces, con poca visión de futuro. Diez apeló a Villarrubia y el secretario autonómico le ha respaldado en todo aunque tibiamente, quizá porque sabe el responsable del PSOE-CyL, que la batalla se juega también en un tablero de Madrid. Y es que la guerra del PSOE leonés es el calco de la lucha de poderes en Madrid y en Valladolid. Diez, que ya ha anunciado su intención de presentarse a las primarias del PSOE para ser candidato a la Alcaldía de León, sabe que encontrará enfrente a un candidato/candidata puesto por el PSOE provincial que busca denodadamente un nombre. Y mientras tanto, la oposición en el Ayuntamiento se resiente de esta división, ya que sólo Diez se aplica con tesón a la tarea. El PSOE debe cerrar la herida en Madrid más pronto que tarde y de ahí derivar una solución para León, porque si no esa “escoba” como Carrasco definió a su candidato para la Alcaldía de la capital, que luego fue Emilio Gutiérrez, podrá reeditar su mayoría absoluta sin despeinarse.
Publicado el 13 de diciembre de 2013 a las 09:30.
