Afrontar tan exagerada deuda
Nadie duda a estas alturas de la película que la descomunal deuda del Ayuntamiento de León no viene de ayer sino que es el resultado de la mala gestión y hasta derroche de todos los equipos de gobierno que ha habido hasta la fecha. Morano, Amilivia y Francisco Fernández no supieron -o no quisieron- meter la tijera a tiempo y esto llevó a que el actual equipo de gobierno se encontrara con una deuda de 436 millones de euros; es decir, que harían falta los ingresos de tres ejercicios para acabar con la deuda. Quizá el origen de todos los males esté en la época de Morano cuando se firmaron los grandes contratos (basura y transporte urbano) y en unas condiciones lesivas para las arcas municipales. Por si esto fuera poco, la plantilla creció sin parar hasta llegar a doblarse. Pero poco importaba cuando el desarrollo ‘calculado’ de polígonos urbanos y las licencias de obras parecían un maná inagotable. Amilivia mantuvo esa herencia, aunque a su favor hay que decir que fue el promotor de grandes obras a bajo coste por la aportación de fondos europeos para peatonalizaciones y otras obras. A Amilivia le siguió Francisco Fernández, pero su idea de León fue frenada a los diecisiete meses de gestión por la moción de censura de Amilivia (PP) y De Francisco (rebotados de UPL). Esa moción de censura fue un frenazo para el desarrollo de León. Por un lado, porque se gastaron sin sentido y con urgencia los más de 60 millones de euros ingresados de la venta de terrenos de La Lastra y, por otro, porque el Gobierno de Zapatero, en pleno éxtasis todavía en 2004, frenó en seco su apuesta por León perdiéndose casi tres años en tiempos de bonanza económica. Además, la Junta tampoco fue un balón de oxígeno para Amilivia, quien tampoco invirtió correctamente los 18 millones ingresados por el canon del aparcamiento del Hospital. En 2007 Francisco Fernández volvió a la Alcaldía, pero sus buenas intenciones poniendo cifras a la deuda y elaborando un plan económico-financiero no fueron suficientes porque la crisis comenzó a hacer mella y con ella los ingresos bajaron de forma vertiginosa por la caída de la construcción. En ayuntamientos como el de León, sin licencias de obras no es posible el paraíso económico. De ahí que dicho plan fue papel mojado porque no hubo ajustes y los gastos superaban a los ingresos con desfases cercanos a los 50 millones de euros al año.
Y así se llegó a esa monstruosidad de deuda de 436 millones. El equipo de Emilio Gutiérrez ha corregido ese desfase presupuestario aplicando recortes, bajadas de sueldos, despidos, municipalización de Urbaser, reducción de cargos de confianza y dedicaciones exclusivas,.. Todo ello incluido en el Plan de Ajuste que permitió pagar a través del ICO más de 165 millones a proveedores, con lo que se redujo la deuda en 100 milones al renunciar a los intereses de demora. Pero el Ayuntamiento no llega y ahora busca incorporar a un nuevo ‘ICO’ desde un mínimo de 53 millones a un máximo de 106 millones (toda la deuda pendiente). Y todo ello a pagar en 24 años con un periodo de carencia de 4. La receta es clara: gastar bien y con el límite de los ingresos.
Publicado el 19 de abril de 2013 a las 10:00.