La fusión de Cajas está costando más de lo que se podría preveer. Caja España, Caja Duero y Caja de Burgos tenían una especie de principio de acuerdo en el reparto del poder que a última hora se rompió cuando la Caja burgalesa decidió salirse del proyecto. Parecía que era cuestión de minutos repartirse lo reservado para Burgos, pero qué va... empezaron las luchas y Caja España y Caja Duero estuvieron al borde de la ruptura. El Banco de España lanzó un ultimátum y al final hubo un principio de acuerdo. Pero la guerra sigue. En Valladolid, tanto el alcalde como los empresarios, se quejan de que allí no va nada e incluso insinúan amenazas diciendo que ya verán qué hacen con sus ahorros. Una pena. Pero por si faltaba poco, ha surgido otra batalla dialéctica de grandes proporciones entre la vicepresidenta de Caja España, Isabel Carrasco, y el presidente de Caja Duero, Julio Fermoso. Se dice que el segundo afirmó que se llegó al acuerdo gracias a que no estaba la presidenta de la Diputación y del PP de León y ésta arremetió contra Fermoso calificando su presunta actuación con palabras como ruin, torticera e impresentable. El aludido dice que nunca dijo lo que le atribuyen, pero el espectáculo ahí está. Cuando se vean las caras saltarán chispas. No parece éste el mejor camino para una fusión que todavía tiene mucho camino por recorrer y donde sólo el plan de prejubilaciones se ‘comerá’ más de 250 millones. Algunos, como el presidente del CEL, Domingo Fuertes, están en contra. Y es que la rentabilidad se logrará cargándose empleo y oficinas. ¿Y si lo hicieran por separado..?
Publicado el 15 de enero de 2010 a las 09:45.