Es ya una frase hecha que refleja el estallido del malestar de la sociedad española cuando llega la hora de empezar a hacer balance del año y se ve que muchas de las promesas han caído en saco roto y hay que posicionarse con fuerza de cara a que el próximo año no suceda lo mismo. La amenaza llega cada año, aunque son pocas las veces que el ambiente se ‘calienta’ de verdad.
Insiste hasta la saciedad el presidente Rajoy en que España crece más que nadie, que genera empleo y que el futuro ya no pinta tan negro como cuando llegó al Gobierno a finales de 2011. Tiene su parte de razón porque los datos así lo reflejan, pero ya se sabe que las cifras son frías y lo aguantan todo. Es verdad que España crece, que hemos mejorado y que se respira más optimismo que hace tres o cuatro años. Pero también es verdad que la mayoría de los contratos que se hacen son a tiempo parcial, tanto que a veces son de hasta una hora al día o de una jornada o dos a la semana. Es decir, se crea mucho trabajo precario y poco empleo de calidad. Por si esto fuera poco los que tienen la suerte de engancharse a un trabajo fijo también tendrán que ‘ajustarse’ a un salario bajo con ‘artimañas’ que permite la ley. Además, los sueldos están prácticamente congelados en los últimos 5 años, con el agravante de que dietas y comisiones se han reducido por la menor actividad.
Es decir, que este 2017 tiene toda la pinta de que tendrá un ‘remate caliente’ dado que al descontento social y sindical (no hay que olvidar el lío en los aeropuertos o conflictos en la basura) se une también el desasosiego político, tanto por el continuo acoso al PP por la corrupción como a la convocatoria del referéndum de independencia de la Generalitat de Cataluña y que está previsto que se celebre el 1 de octubre. También sobrevuela la amenaza de moción de censura que se cierne sobre Rajoy y que esta vez sí estaría apadrinada por el ‘nuevo’ PSOE de Pedro Sánchez en unidad de acción con Podemos o la interminable corrupción. ¿Aguantará Rajoy...?
Los agricultores de Castilla y León iniciaron su guerra el miércoles 30 de agosto para protestar ante una administración sorda a la que sólo se le ocurren créditos al 0% (la administración paga los intereses) cuando es un dinero que hay que devolver y es un sector muy endeudado por la modernización. Este año la cosecha ha sido un desastre entre las heladas, la sequía y el granizo (por dos veces y en zona distintas). Y todo por no haber un seguro integral que cubra los daños que se puedan producir en cada explotación.
En definitiva, España va bien para el PP, pero ese bienestar no llega a los ciudadanos. O mejora la sensibilidad o el otoño será... ‘muy caliente’.
Publicado el 1 de septiembre de 2017 a las 09:15.