Dice Mariano Rajoy que no está en la política por dinero porque en su puesto de registrador de la propiedad con plaza en Santa Pola ganaría mucho más que en la política. Rajoy ganará este año, mientras si es presidente del Gobierno, 78.996 euros, un 1% más que en 2015. Es verdad que el sueldo parece pequeño -el presidente del Tribunal Supremo cobrará 131.455 euros anuales-, pero no lo es tanto si se tiene en cuenta que vive ‘gratis’ en La Moncloa, viaja por cuenta del Estado y complementa el sueldo con dietas y otros ingresos como presidente del Partido Popular. Es decir, prácticamente el sueldo de presidente le queda libre íntegro porque apenas tiene gastos ‘privados’. En cualquier caso, Rajoy ganaría el doble en su actividad profesional. Sin embargo, Rajoy -que en 1979 con 24 años se convirtió en el registrador más joven de España- lleva en política desde 1981 cuando salió elegido diputado de AP en las primeras elecciones al Parlamento Gallego. Desde entonces, concejal en el Ayuntamiento de Pontevedra, presidente de la Diputación de Pontevedra, diputado por Pontevedra -luego por Madrid-, ministro con Aznar, portavoz del PP en la oposición y presidente del Gobierno... Y no sólo no se quiere ir, sino que ya ha dicho que será el candidato del PP si hay que volver a las urnas en unos meses. ¿Qué tiene el poder que el que lo ‘toca’ no se va ni aunque le ‘inviten’ a irse o le echen...?
En un caso similar está Artur Mas, que el 31 de enero cumplirá 60 años y que lleva viviendo de la política desde 1982 (tenía 26 años). Su empecinamiento independentista ha llevado al declive primero a CiU, después a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y va por el mismo camino con Junts Pel Sí con tres convocatorias electorales en apenas 5 años.
Por el mismo camino va Pedro Sánchez, líder del PSOE. Logró el 20D el peor resultado del PSOE (90 diputados, 30 menos que Rajoy) y lejos de someter su liderazgo al refrendo de los militantes socialistas en un Congreso Federal se aferra a las ‘matemáticas’ para lograr un pacto tan inverosímil como variopinto para llegar a la Presidencia del Gobierno, da igual en qué condiciones y con qué apoyos... el caso es mantenerse.
Por un camino similar va Pablo Iglesias. Primero eurodiputado, ahora diputado, quiere ser presidente del Gobierno y tocar poder.
Y así podríamos seguir con altos cargos locales, provinciales, autonómicos y nacionales que hacen de la política su ‘modus vivendi’ y se agarran a un clavo ardiendo para seguir.
Publicado el 8 de enero de 2016 a las 09:15.