Archivado en: Inéditos cine, Stella Stevens
Muertas con cuarenta y ocho horas de diferencia, la noticia del deceso de Stella Stevens llegó solapada a la del de Raquel Welch. Esta segunda murió primero y aún escribía sobre ella cuando supe que la Hildy de La balada de Cable Hogue (Sam Peckinpah, 1970) también había expirado.
Hildy, ese es el personaje por el que recuerdo a Stella Stevens. “Las buenas personas me han echado”, comenta apenada a Cable (Jason Robards), cuando se presenta en Cable Springs. “Fuentes Cable”, se llamó en el primer doblaje español a esa suerte de parada de postas en el desierto que regenta Cable, allí donde sus compinches le dejaron abandonado, hundido y humillado. “La única persona buena que hubo allí fuiste tú”, afirma Hogue al recibir a Hildy en su establecimiento. Y la antigua prostituta que fue Hildy, repudiada por la gente decente del pueblo, y el antiguo forajido, injuriado y abandonado por los que cabalgaron junto a él, comienzan a vivir su historia de amor en Fuentes Cable o Cable Springs -como el lector prefiera-. Un romance que, como tantos, parece nacido con el tiempo limitado y no va a ser así.
Publicado el 2 de marzo de 2023 a las 15:00.