Las memorias de Anjelica Huston
Una buena parte de la vida de la mayoría de las personas consiste en demostrar a los demás cuánto se vale. De hecho, esto es algo tan frecuente que contarlo no reviste interés alguno. A no ser que se sea alguien notable. Si además también se es hijo de padres sobresalientes, amén de la propia valía, hay que dejar constancia de que se brilla con luz propia y no por el nombre de los progenitores. Ése el caso de Anjelica Huston.
Hija de John Huston y su cuarta esposa, la bailarina y modelo Enrica Soma, Anjelica fue consciente de debía dejar constancia de su valor cuando otro gran cineasta, Tony Richardson -uno de los más destacados realizadores del Free-cinema inglés de los 60-, le auguró durante una cena en 1980 que, no obstante su talento, nunca sería capaz de hacer nada con su vida. "Mírame bien", se dijo entonces. Contaba a la sazón 29 años, veía acabar su carrera como modelo y, pese a haber protagonizado Paseo por el amor y la muerte (1969) para su padre y colaborado con Elia Kazan en El último magnate (1976), en el cine seguía siendo una diletante.
Publicado el 11 de septiembre de 2015 a las 10:00.