Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Alix, "Las legiones perdidas"
Los bocadillos de los cómics, al igual que los versos, pierden no poca de su gracia con las traducciones. De modo que en mis dos últimas lecturas de las aventuras de Alix -Roma, Roma (2005) y El demonio del faro (2008)-, cuando aprecié cierta merma en la dicha que de ordinario me procura esta colección, la achaqué al francés original de los álbumes, que me traduje sobre la marcha con mis precarios conocimientos de la lengua de Baudelaire.
Con todo, el júbilo que me ha procurado en estas últimas tardes la lectura de Las legiones perdidas, en la edición numerada del pasado año de NetCom2 editorial -mi ejemplar es el 384/1000-, se ha debido a algo más que a la impecable traducción de Jesús Caso. Tengo la teoría -y ya creo haberla expresado en esta bitácora- de que las series de cómics legendarias, prolongadas más allá de las entregas concebidas por sus autores originales, se ven demediadas de un modo inexorable.
Publicado el 13 de julio de 2012 a las 17:15.