Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Lefranc, El objetivo
Desde que hace algún tiempo, no recuerdo dónde ni el nombre de su autor, leí por encima unos párrafos referidos a las influencias de los 39 escalones (1935), mi favorita de las cintas del Hitchcock inglés, en las viñetas de La isla negra (1937), la aventura escocesa de Tintín, tiendo a buscar similitudes entre los nuevos cómics que voy leyendo y las películas que recuerdo. Es una forma de abundar en mi teoría de que el cine tiene mucho más que ver con el cómic que con el teatro. Y no sólo porque los célebres storyboards, en los que el mago del suspense dibujaba todas sus secuencias con anterioridad a su filmación, fueran auténticos tebeos. Hay una concomitancia superior: ambos medios articulan la narración en planos. ¿Acaso no son planos las viñetas? A fe mía que sí. La única diferencia es que las viñetas carecen de movimiento. Pero sus encuadres, son igual que los de los planos cinematográficos.
Publicado el 26 de enero de 2023 a las 03:45.