Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Alix, "El emperador de China"
Recuerdo que me compré El príncipe del Nilo, mi primera aventura de Alix, en la sección de cómics de la Casa del Libro mediados los años 80. No mucho después, Norma Editorial abandonaba la publicación de la serie. En los casi treinta años transcurridos antes de que Netcom2 la retomara hace apenas dos o tres temporadas, la colección se convirtió en un auténtico mito entre los amantes españoles de la Línea Clara. Jamás me cansaré de repetir que Alix -junto con Tintín y Blake y Mortimer- integra el triunvirato rector del cómic belga. Que es como decir lo mejor de lo mejor.
Nunca publicada íntegramente en nuestro país con anterioridad a la iniciativa de Netcom2, aquellos números de Alix que aparecieron con el sello de Norma -y más aún los que vieron la luz en los años 60 con la marca de Okius Tau- se convirtieron en álbumes preciadísimos, de esos que raramente se pueden encontrar y siempre a precios muy elevados. Ante este panorama, me hice a la idea de evocar las aventuras de Alix como las de Steve Pops, aquella parodia de James Bond, original de Jacques Devos, que supusiera otro de los grandes mitos del cómic belga. También publicado en España por Okius Tau, tuve la primera entrega, Steve Pops contra el doctor Yes (1967), hasta que las continúas trampas que han jalonado mi vida me obligaron a venderla. Aún la añoro como a uno de los grandes tesoros perdidos de mi feliz infancia.
Publicado el 19 de mayo de 2013 a las 19:15.