Que la tierra le sea leve a Lawrence Ferlinghetti
Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El amor en los días de furia", de Lawrence Ferlinghetti, Que la tierra le sea leve, Beat Generation.
(Sirvan estas líneas, aparecidas por primera vez en esta misma bitácora el cinco de abril de 2012, de tributo al poeta beat Lawrence Ferlinghetti. Fallecido recientemente, en sus 101 años de vida también tuvo tiempo de ser el fundador de la librería y editorial City Light Books de San Francisco. Bajo este sello, tomado del título de una de las películas más célebres de Charles Chaplin, Luces de ciudad (1931), vieron la luz por primera vez algunos de los textos canónicos de la Beat Generation.
Admirado, negado y admirado de nuevo, aquel grupo de escritores fue uno de los pilares de la sedición juvenil del amado siglo XX y, sólo por ello, una de las referencias fundamentales de mi experiencia como lector y de mi educación sentimental.
Tantos años después de todo lo antedicho, creo que este viejo artículo, expresa ese periodo de negación de la Generación Beat en el que me encontraba en el fin de siglo -párrafos tercero a quinto- para acabar delatando la admiración que, en el fondo, siempre he sentido por los beat -último párrafo-, y distanciar a Ferlinghetti de la perorata de la canción protesta con la que, ya en aquel dichoso fin de siglo, volvían a dar la lata los buenos hijos de los progres españoles.)
Mi segunda lectura beat tardía, de finales del pasado siglo, veinte años después de aquellos primeros textos de Kerouac y Ginsberg, descubiertos con avidez en la colección Star Books a finales de los 70, fue una novela corta de Lawrence Ferlinghetti publicada originalmente en 1988.
Según su colofón, la traducción española de El amor en los días de la furia, la ficción a la que me refiero, salió de la imprenta "el catorce de abril de mil novecientos noventa y ocho". Fue llevada allí por Ollero & Ramos y en sus primeras páginas, el asunto me pareció tan previsible como su título heredero de El amor en los tiempos del cólera (1987), de Gabriel García Márquez.
Annie, la protagonista de Ferlinghetti, es una profesora de arte norteamericana que se encuentra dando clases en una universidad parisina en las jornadas anteriores a la revolución sesentayochista. Todo se antoja que ni pintado para conocer en un bar a Julian Mendes, un extraño portugués, mayor que ella. El tipo, por el que se siente atraída desde el primer momento, le resulta tan literario como a mí consabido el tiempo de la revuelta parisina y el resto de las gracias y desgracias de los progres
Ya convertidos en amantes, las revueltas estudiantiles se desatan. Entre cópula y cópula, Julian le confiesa que, en Portugal, dentro de los ambientes estudiantiles, perteneció a una organización anarquista que se oponía a Salazar. No obstante, Annie no acaba de creérselo.
En un primer momento, las pintadas que se insertan en el texto a modo de ilustración y el resto de los tópicos, desde la manida comunión final de Annie con la naturaleza hasta las citas a mi querido Léo Ferré, hicieron que tomara esta obra como una foto que dice ser espontánea y no lo es. Incluso llegué a considerar que Ferlinghetti escribía sobre el mayo del 68 para complacer a sus lectores.
Si bien el tema no podía ser mejor para el cantautor al uso, deseoso de pillar. Se me antojó muy poca cosa para el impulsor de City Lights Books, el editor de la Generación Beat que a la postre fue el germen de la sedición juvenil de la segunda mitad del siglo XX.
Al volver sobre su biografía para comprobar la estrecha relación de Ferlinghetti con Francia y su concienciación política, reconsideré la novela. De modo que ahora calculo que, algunas de las dudas de Annie acerca de su amante, bien pueden simbolizar las contradicciones de las revueltas juveniles de aquel año. Sea como fuere, la historia acaba con que ella se marcha al campo, donde cabalgará en una apartada propiedad de Julian. Nada que ver, en cualquier caso, con aquella cantinela de los cuentos de papá, "las niñas en minifalda, los gendarmes y los fascistas" que entonces entonaba sin tregua uno de los favoritos de la cultura oficial.
Publicado el 25 de febrero de 2021 a las 12:30.