El amor en los días de la furia
Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El amor en los días de la furia", de Lawrence Ferlinghetti. Beat Generation.
Mi segunda lectura beat tardía de finales del pasado siglo, veinte años después de aquellos primeros textos de Kerouac y Ginsberg, descubiertos con avidez en la colección Star Books a finales de los 70, fue una novela corta de Lawrence Ferlinghetti publicada originalmente en 1988.
Según su colofón, la traducción española de El amor en los días de la furia, la ficción a la que me refiero, salió de la imprenta "el catorce de abril de mil novecientos noventa y ocho". Fue llevada allí por Ollero & Ramos y en sus primeras páginas, el asunto me pareció tan previsible como su título heredero de El amor en los tiempos del cólera (1987), de Gabriel García Márquez.
Annie, la protagonista de Ferlinghetti, es una profesora de arte norteamericana que se encuentra dando clases en una universidad parisina en los jornadas anteriores a la revolución sesentayochista. Todo se antoja que ni pintado para conocer en un bar a Julian Mendes, un extraño portugués, mayor que ella. El tipo, por el que se siente atraída desde el primer momento, le resulta tan literario como a mí consabido el tiempo de la revuelta parisina y el resto de las gracias y desgracias de los progres.
Ya convertidos en amantes, las revueltas estudiantiles se desatan. Entre cópula y cópula, Julian le confiesa que en Portugal, dentro de los ambientes estudiantiles, perteneció a una organización anarquista que se oponía a Salazar. No obstante, Annie no acaba de creerle.
En un primer momento, las pintadas que se insertan en el texto a modo de ilustración y el resto de los tópicos, desde la manida comunión final de Annie con la naturaleza hasta las citas a mi querido Léo Ferré, hicieron que tomara esta obra como una foto que dice ser espontánea y no lo es. Incluso llegué a considerar que Ferlinghetti escribía sobre el mayo del 68 para complacer a sus lectores. Si bien el tema no podía ser mejor para el cantautor al uso, deseoso de pillar. Se me antojó muy poca cosa para el impulsor de City Lights Books, el editor de la Generación Beat que a la postre fue el germen de la sedición juvenil de la segunda mitad del siglo XX.
Al volver sobre su biografía para comprobar la estrecha relación de Ferlinghetti con Francia y su concienciación política reconsideré la novela. De modo que ahora calculo que, algunas de las dudas de Annie acerca de su amante, bien pueden simbolizar las contradicciones de las revueltas juveniles de aquel año. Sea como fuere, la historia acaba con que ella se marcha al campo, donde cabalgará en una apartada propiedad de Julian. Nada que ver, en cualquier caso, con aquella cantinela de los cuentos de papá, las niñas en minifalda, los gendarmes y los fascistas que entonces entonaba sin tregua uno de los favoritos de la cultura oficial.
Publicado el 5 de abril de 2012 a las 01:15.