viernes, 31 de enero de 2025 13:21 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de Javier Memba

El insolidario

Los mejores cuentos de miedo (I)

Archivado en: Cuaderno de lecturas "Antología de cuentos de terror"

imagen

"¡Ven conmigo al Sabbath, a la orgía de placer furioso, al dulce abandono al culto maldito!"

Algernon Blakwood Antiguas brujerías

Lo primero que aplaudo en esta selección -cuyas piezas ya me eran conocidas en aproximadamente un cincuenta por ciento- es la definición del cuento de terror que aporta en su introducción. Según Rafael Llopis -mi admirado antólogo y traductor-, éste nace dentro de la permisividad de la Ilustración que, con el desdén que la razón contempla a la sinrazón -que no es otro que el de los escépticos ante los asuntos esotéricos- amnistía "a quienes consideraba criaturas inofensivas, amigas de los niños". Así pues, sitúa sus orígenes a finales del siglo XVIII y es el cuento gótico -el que sucede en castillos en ruinas, pasadizos, laberintos subterráneos "de arquitectura demencial"- su primera manifestación. Frente a éste cuento gótico -que también llama negro, como algunos autores al relato de terror- se refiere al cuento blanco o de hadas, que también obedece a prodigios, pero de índole positiva.

Leer texto completo »

Publicado el 7 de enero de 2011 a las 17:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Un ciclo de la Keystone

Archivado en: Inéditos cine, "Un ciclo de la Keystone".

imagen

            Restaurados recientemente por la Cineteca di Bologna en colaboración con el British Film Institute, una selección de cortometrajes que Chaplin rodó para la Keystone en 1914 -año fundamental en su carrera puesto que fue en el que creó su vagabundo-, ha sido uno de los últimos placeres que me ha proporcionado mi cinefilia. Ahora estoy con un ciclo de Doulgas Sirk, pero no adelantemos acontecimientos. Proyectada recientemente en la bien amada Filmoteca -alabado sea por siempre su nombre-, lo que me atrajo de la muestra de Chaplin fue que algunas de las cintas incluidas estuviesen dirigidas por Mack Sennett.

Leer texto completo »

Publicado el 1 de enero de 2011 a las 18:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Mi tiempo perdido

Archivado en: Textos rápidos para indómitos, inadaptados y demás proscritos

imagen

 Dieciséis

           Cada día me son más queridos mis recuerdos. Ávido siempre de nostalgia, hace ahora treinta y tantos inviernos, cuando -adolescente aún- carecía de experiencia suficiente como para tener una memoria considerable, me embargaba una gratísima tristeza por estas fechas postreras de diciembre: el encanto del devenir de los días. Ya era más del año viejo que del nuevo. Escuchaba canciones tristes, que hablaban de tiempos pretéritos, y me apoderaba de la nostalgia ajena. Imaginaba algo cautivador en el pasado y no me equivocaba.

            Vuelvo ahora a mis recuerdos como iba a la embriaguez ante los primeros reveses que me deparó la vida. Cuando las cosas me vienen mal dadas, evoco, no ya la infancia -aquel pequeño limbo del que me quedó la necesidad imperante de calor y la irrefrenable propensión al mito-, simplemente los primeros años 80. Que grato me fue volver a ver el lunes En la Ciudad Blanca (Alain Tanner, 1982). No ya por la gran película que es, sino porque me devolvió al año 82. A sus formas y a sus modos. Aquel precisamente fue el año en que yo conocí la Ciudad Blanca, Lisboa.

            Vuelvo ahora a mis recuerdos como iba a la embriaguez, y son ya tantos los reveses que me va dando la vida, que incluso bebido, cuando me pierdo en los bares de La Latina, me vienen a la memoria las innumerables tiendas de artículos de corcho que poblaban la zona en mi tiempo perdido. Mi memoria, como la de los ancianos, ya es más favorable a lo remoto que a lo inmediato. Duermo bien aunque todo vaya mal porque cierro los ojos pensando en lo pretérito y sueño con las antiguas maravillas. Ninguna como las de mi infancia en el colegio de la calle del Bosque -hoy del general Asensio Cabanillas-, en un Campamento aún en construcción y en un Madrid cordial donde todo el mundo me sonreía. Después llegaron los imponderables, los malos modos, las deudas... Prefiero el año pasado al que viene. Fui el niño más feliz del mundo en la España de los años 60 con mi madre, Tintín y los cines de la Gran Vía.

Publicado el 29 de diciembre de 2010 a las 15:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Yo también amo la Gran Vía

Archivado en: Textos rápidos para indómitos, inadaptados y demás proscritos

imagen

Quince.  

          De todas las conmemoraciones que se han celebrado este año que ahora acaba, sólo hay una que ha despertado mi interés: la de la Gran Vía. Visitarla fue todo un regalo; merendar aquellas tortitas con nata que se servían en sus cafeterías, uno de los primeros placeres que me deparó la vida.

            Años después, cuando la toxicomanía asoló Madrid, la Gran Vía y sus aledaños supieron de las miserias de los heroinómanos y las prostitutas. Para mí no contaba aquella decadencia. En aquellos días yo trabajaba en el gabinete de prensa del Imagfic, el festival de cine imaginario y de ciencia ficción, y uno de los mayores atractivos de aquel empleo fue que la oficina donde lo desempeñaba estuviese allí.

            Ya centenaria, la Gran Vía asiste al cierre de los últimos de sus cines de antaño. ¿Qué tiempo de vida pueden quedarle al Callao, al Capitol o al Palacio de la Prensa que tantas maravillas de los sábados guardaron para mí? Aún recuerdo los soldados de plástico que me compraban en almacenes Sepu y los elepés de Discoplay. Todo se ha desvanecido como esas lágrimas en la lluvia de las que nos habla Roy Batty (Rutger Hauer) en Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Pero contemplar la Gran Vía desde la Red de San Luis o desde la esquina de la calle de Alcalá, sigue siendo la prueba irrefutable de la grandeza de Madrid. Y al volver a ella, pasada ya la cumbre de mi edad, todavía se me acelera el ritmo de mi baqueteado corazón.

 

Publicado el 12 de diciembre de 2010 a las 03:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Cuanto sabemos de Bosco Rincón

Archivado en: Bibliografía, Cuanto sabemos de Bosco Rincón

imagen

 

 

            Ambientada en la Ibiza de los primeros años 90 y dada a la estampa por Ediciones Amargord, mi nueva novela es una ficción con trazas de documental. Sus protagonistas se dirigen al lector como quien comparece ante la cámara de un informador. Pertenecientes a una alegre colonia de desahogados que fueron jóvenes en distintas ciudades de la Península durante los felices años 80, hay algo que les impide hacerse a la vida adulta, aunque su edad ya les aboca inexorable a ello. Convertidas en desgracias las gracias de su juventud, diletantes aún, intentan sobrevivir en la ociosidad mientras su bohemia se aproxima al patetismo.

            Con ese telón de fondo y al amparo de la eclosión filantrópica que comenzó a experimentar la España de los primeros años 90 -sentir que alcanza el paroxismo en nuestros días-. Bosco Rincón, que antaño fuera un figura de la noche madrileña, impelido por su precariedad económica decide poner en marcha una mentira. Los testimonios de quienes le trataron y conocieron -esos protagonistas que comparecen ante el lector-, junto a diferentes textos apócrifos, vienen a dar cuenta del asunto.

            Desde esta perspectiva, Cuanto sabemos de Bosco Rincón acomete con la misma ironía uno de los grandes dogmas de nuestro tiempo -la solidaridad- y el mito de cierta juventud de los años 80.

            Tras quince años de silencio narrativo, regreso con estas páginas a la novela por unos caminos infrecuentes en el género y unos planteamientos impensables desde la corrección política.

Publicado el 6 de diciembre de 2010 a las 01:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Un clásico de la misoginia

Archivado en: Cuaderno de lecturas sobre "La Eva futura"

imagen

            Siendo el caso de que las dos personas más importantes que ha habido en mi vida -mi madre y mi esposa- han sido mujeres, desconfío de la misoginia más que del resto de las causas. El misógino, aunque responda al nombre de Arthur Schopenhauer, no es otro que aquel que no ha recibido de ellas todos los favores que él hubiera querido. Así pues, la principal tesis de La Eva futura se me derrumba.

Leer texto completo »

Publicado el 5 de diciembre de 2010 a las 18:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Volver a Louis Malle

Archivado en: Inéditos cine, "Volver a Louis Malle"

imagen

            Recuerdo que hace unos años, en la segunda Muestra de Cine Europeo de la Ciudad de Segovia, tuve oportunidad de entrevistar a Claude Lelouch. Le pregunté acerca de una observación apuntada en el pie de una fotografía de mi queridísima Enciclopedia ilustrada del cine de Editorial Labor[1]. Acompaña aquel texto, tan breve como lúcido, un fotograma de Un hombre y una mujer, el gran éxito de Lelouch y de Francis Lai, su músico, del año 67. En él se llamaba la atención sobre las diferencias existentes entre leer la revista Time, como Jean-Louis Trintignant en aquella estampa, y leer "L' Humanité dimanche, Pekín Informations o la colección Idées", como los personajes de Godard. Lelouch me respondió que lo único que había aprendido de la Nouvelle Vague era lo que no tenía que hacer. Tanta era la fobia que les inspiraban aquellos cineastas -que yo venero, afirmo una vez más- que incluso me agradeció que le hiciera la pregunta para poder arremeter contra ellos.

Leer texto completo »

Publicado el 24 de noviembre de 2010 a las 14:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Mi primer recuerdo

Archivado en: Textos rápidos para indómitos, inadaptados y demás proscritos

imagen

Catorce.

            Cuando caen las sombras, la luz que ilumina Madrid suele ser de ese tono amarillento que da el tungsteno. Pero en mi ciudad, el alumbrado nunca ha sido homogéneo. Las farolas del Paseo de la Castellana siempre han distado mucho de los faroles y farolillos del Madrid de los Austrias. Las piezas de estilo más moderno siempre han sido objeto de las invariables críticas que desata el mobiliario urbano. Las que evocan formas pasadas, como esos faroles de tres bombillas de la plaza de Oriente, suelen tener una mejor aceptación popular. Tal vez se deba a que traen a la memoria del paisanaje a aquellos faroleros que operaban taciturnos al ponerse el sol cuando el alumbrado aún era de gas.

            Uno de aquellos, el encargado del final de la entonces calle del Bosque -hoy del general Asensio Cabanillas- dio lugar a mi primer recuerdo. Ya lo he evocado varias veces, pero volver a hacerlo siempre me maravilla. No consigo ponerle cara, pero es como si mirando a ese empleado municipal a través de la ventana del colegio hubiese abierto los ojos a la vida. Nunca supe su nombre, por supuesto. Abrir el cristal con una vara equipada al efecto, y luego la espita del gas mediante el mismo instrumento. Todo ello con la parsimonia del que lleva toda la vida haciendo una cosa y sólo le pide al futuro -que ya es mínimo- más de lo mismo. Aquella acción suya de cada atardecer inauguró mi memoria. No deja de ser una paradoja que mi primer recuerdo sea el de un desconocido.

Publicado el 18 de noviembre de 2010 a las 10:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Catherine Spaak

Archivado en: Inéditos cine, Catherine Spaak

imagen

            Hay películas que atesoro porque las vi por primera vez en una sala que como tantas guardaba las maravillas del cine de los sábados, pero que, sin embargo, estaba llamada a formar parte de mi mitología personal. Otras porque las descubrimos juntos mi madre y yo; y unas terceras, porque están interpretadas por Catherine Spaak. No tienen que ser cintas necesariamente buenas. Es más, el otro día me hice con El último obstáculo (Michael Winner, 1968), filme muy del montón que no tiene nada que ver con Catherine. Pero recordaba uno de los planos del elefante atravesando los Alpes, porque me fue dado por primera vez el Astoria -sala de cine en mi infancia, de conciertos en mi juventud- en una de aquellas sesiones continuas desde las cuatro de la tarde, que tantos buenos ratos nos procuraron a la autora de mis días y a mí.

Leer texto completo »

Publicado el 15 de noviembre de 2010 a las 23:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Hermosos y malditos

Archivado en: Cuaderno de lecturas sobre "Hermosos y malditos"

imagen

 

Ésta es, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas que he descubierto en mucho tiempo. Su dilatada lectura se debe única y exclusivamente a mis problemas con ciertos placeres cuando dejan de serlo, que no a que esta excelente prosa, encomiablemente traducida, que tanto me atrajo siempre desde que leí esa observación sobre la ironía en la primera página -que es a la inteligencia algo así como esa última pasada con el cepillo que se da a unos zapatos ya limpios-, sea en modo alguno pesada.

Leer texto completo »

Publicado el 6 de noviembre de 2010 a las 23:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

Imagen

 

 

COMPRAR EN KINDLE:

 

 

 


 

 

Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Archivo

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD