Veintitrés
Amo el rock por encima de todas porque durante treinta años largos fue la expresión de mi rebeldía. Pero lo cierto es que también estimo otras músicas. Por ejemplo, la canción francesa. Su capacidad de devolverme a los días en que las escuchaba por primera vez permanece incólume, por más que todo siga cayéndose a pedazos.
El pórtico a esa fuente inagotable de evocaciones fue una chica del Liceo Francés de Madrid, que me inspiró mucho en 1977, recién cumplidos los 18 años. Como todas las chicas tristes de entonces -naturalmente mis favoritas-, era una ardiente admiradora de Georges Moustaki. Su gracia al entonar La carte du tendre, "el mapa de la ternura" me traducía, hizo que yo también lo fuera. Así que ahora voy a contar como también yo escuché a Moustaki y fui dichoso con sus canciones tristes de agradables melodías.
Publicado el 24 de mayo de 2013 a las 01:30.