jueves, 30 de enero de 2025 09:59 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de Javier Memba

El insolidario

" Vercingetórix", otra aventura de Alix

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Alix, "Vercingetórix"

imagen

            En 1001 cómics que hay que leer antes de morir, que gentilmente me obsequió el gabinete de prensa de Grijalbo en el invierno de 2012, se afirma que La tiara de Oribal, de Jacques Martin, es uno de esos álbumes que ningún buen aficionado se debería perder antes de ir al encuentro con La Camarada Seca. Así pues, lo tengo por una de las obras maestras de la serie. Desde que me tienen alborotado esas reediciones de las que la colección está siendo objeto por parte de NetCom2, que nunca me cansaré de elogiar, comprarme La tiara... es uno de los grandes deseos en los que se debate mi vida. Ya me he perdido la primera edición numerada y la segunda corregida. De modo que estoy ojo avizor para no quedarme también si mi ejemplar de la inminente tercera.

            Curioseando en las bitácoras de los lectores más entusiastas de Alix -de quienes humildemente me considero un mero acólito- comprendo que La tiara..., además de la primera obra maestra de la colección, es el álbum donde el personaje y su universo quedan definidos por completo. La grafía es otra historia. Esa evolución que muestran las viñetas, común a todas las series cuyos dibujos, por así decirlo, no fueron homologados por su autor, como sí lo fueron las aventuras de Tintín, en Alix llega a ser tan variada como en las aventuras de Blueberry. Ya he sacado algunas conclusiones al respecto en estos mismos apuntes y no repetiré lo sostenido entonces. Diré tan sólo que, según los expertos, La tiara... inaugura una segunda grafía con su publicación en la revista Tintín a partir de 1956.

Leer texto completo »

Publicado el 16 de agosto de 2013 a las 01:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

"Novela de ajedrez", otra maravilla del gran Stefan Zweig

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Novela de ajedrez", de Stefan Zweig

imagen

                   Aún entusiasmado con la lectura del Balzac de Stefan Zweig, recupero los apuntes que tomé en enero de 2003 de Novela de ajedrez, mi segunda lectura del gran austriaco, y pongo así fin a los asientos que, por el momento, he dedicado en estos días a la Joven Viena. Ardo ya en deseos, eso sí, de dar debida cuenta de Leporella, el único relato de Zweig que aún atesoro a la espera de su lectura. La traducción, para avivar aún más el fuego de tanto interés, se debe a Joan Fontcuberta. "¿Será el fotógrafo?", me empiezo a preguntar.

                   Si en Relato soñado, a mi juicio, gravitaba esa alerta ante las enfermedades venéreas expresada por el doctor Gerhard Venzmer en el artículo correspondiente de la Gran enciclopedia de la salud, en Novela de ajedrez -siempre en abstracto- va esa otra apuntada por Alejandro Gándara en Punto de fuga (1984) cuando escribe: "Hacer daño a los demás es una forma de conocerlos mejor". Con todo, si en los diez años transcurridos desde que leí está esplendida Novela de ajedrez, ha habido un texto que me la ha recordado por la genialidad de su asunto y de su prosa, ése ha sido Punto muerto, un relato de Barry Perowne incluido por Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo en su Antología de la literatura fantástica.

Leer texto completo »

Publicado el 6 de agosto de 2013 a las 09:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Dos lecturas de Arthur Schnitzler

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Relato soñado" y "Apuesta al amanecer"

imagen

                   Entre las innumerables ideas generalizadas que no comparto destaca aquella que sostiene que Eyes Wide Shut (1999), la última cinta de Stanley Kubrick, es una obra fallida. A mi entender, Eyes Wide Shut, que el gran Kubrick no pudo montar porque se lo llevó La Parca apenas acabó el rodaje, es una cinta compleja y misteriosa. Exige pues una reflexión por parte del espectador que quienes van al cine a pasar un rato agradable, comiendo palomitas, no están dispuestos a hacer. Distribuida además como si fuese Un horizonte muy lejano (Ron Howard, 1992) o cualquier otra de las tonterías que protagonizaron el entonces matrimonio Kidman-Cruise -sus productores-, el testamento fílmico de uno de los grandes genios del cine estadounidense se quiso ver como uno de los melodramas al uso del Hollywood agotado y adocenado de nuestros días. Así las cosas, naufragó.

                   Sin embargo, como a las grandes obras, la posteridad comienza a serle favorable. Catorce años después de su estreno, ya empiezan a leerse comentarios que se refieren a esa complejidad que la apartó de ese común de los espectadores, de esas salas comerciales entre las que se fue a distribuir. La última del gran Kubrick, es una cinta que yo recuerdo con especial cariño. Además de ser la despedida de uno de los cineastas a los que más admiró, me descubrió a un escritor al que nunca he de cansarme de aplaudir: el gran Arthur Schnitzler. Miembro prominente de esa Joven Viena a la que me referí tangencialmente en el asiento anterior, apenas publiqué aquella entrada, me puse a buscar en mis archivos las notas concernientes a mis lecturas de aquellos autores austriacos y di con estas referidas a Schnitzler, uno de los más prominentes. Una vez más, las reproduzco a continuación con esas mínimas adecuaciones que exigen los catorce años transcurridos desde ese 1999 del que data la primera.

Leer texto completo »

Publicado el 1 de agosto de 2013 a las 02:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

El "Balzac" del gran Stefan Zweig

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Balzac, la novela de una vida", de Stefan Zweig

imagen

            Hay novelas que me llaman la atención por la película que han inspirado, Carta de una desconocida (1927), del gran Stefan Zweig, fue una de ellas. Cautivo de la maestría y la belleza de la adaptación cinematográfica que el gran Max Ophüls estrenó en el 49, apenas descubrí el original entre los libros que heredé de mi madre, di cuenta de él con la debida avidez. Lástima que no conserve las notas que tomé entonces, incluidas, como tantas de comienzos de los 90, en un archivo que perdí.

            En cualquier caso, recuerdo la dicha que me procuró aquella lectura. Además de comprender que la genialidad de Ophüls correspondía a la de Zweig, me descubrió a este último. De este modo también cayó un prejuicio, el que tenía como lector frente al grupo de la Joven Viena habida cuenta de lo lejano que, de entrada, se queda de mi universo personal aquel grupo de escritores. Con el tiempo, y también gracias al cine -la adaptación de Kubrick de Relato soñado (1926) bajo el título de Eyes Wide Shut (1999)-, me rendí ante el gran Arthur Schnitzler con idéntico placer. Quedémonos de momento con Zweig.

Leer texto completo »

Publicado el 17 de julio de 2013 a las 15:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Una nueva aventura de Jhen

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Jhen, "Los desolladores" de Jacques Martin y Jean Pleyers

imagen

            En los foros donde se expresan, veo que los lectores más veteranos de las aventuras de Jhen, quienes las leían en francés con anterioridad a las impagables traducciones españolas de NetCom2 editorial de nuestros días, veneran esas ediciones originales de Casterman de los años 80. Hasta el olor estiman de estas últimas. En los 80 yo descubrí las aventuras de Blake y Mortimer publicadas por Ediciones Junior, el sello de Grijalbo Dargaud que tanto contribuyó a la difusión del cómic francobelga en España. Y en efecto, aún recuerdo el olor de los álbumes nuevos. Al tener un mayor número de tintas, puede que incluso fuera más grato que el del resto de los libros recién impresos.

            Mi primer Jhen, El secreto de los templarios, dado a la estampa por Casterman, hubiese sido una de aquellas ediciones mitificadas por los devotos si no fuera porque su pie de imprenta data del año 99. Ya entonces, una de las cosas que más me llamó la atención fue la presencia de Gilles de Rais -uno de los mayores y más despiadados asesinos en serie que la historia registra- como uno de los héroes de la colección. Comprendo ahora que Martín, autor sólo del guión ya que el dibujo es obra de Jean Pleyers, mi favorito de sus muchos colaboradores, se había propuesto la rehabilitación del señor de Rais -que también fue mariscal de Francia y perteneció a uno de sus más antiguos linajes- merced a sus hechos de armas. Sin ocultar para ello el lado abominable del barón de Rais. El propio Jhen le recrimina cuando de madrugada le despierta el hedor que se desprende del inquietante humo que sale de una de las torretas de castillo que les alberga. Siempre que abro un álbum de Jacques Martín me ratifico en la idea de que, debería figurar en ellos, aquella leyenda que rezaba "cómic para adultos", en las publicaciones de propuestas similares de mi juventud. Así se evitaban los malos entendidos que pudieran surgir de la extendida idea de que los tebeos sólo eran para los niños.

Leer texto completo »

Publicado el 13 de julio de 2013 a las 00:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

El cementerio Père-Lachaise

Archivado en: Entre la imagen y las mil palabras, "El cementerio Père-Lachaise"

imagen

            Ya sabía de esa jovial peregrinación que lleva a tantos alucinados a la tumba de Jim Morrison. Pero no acaba de ubicar la legendaria sepultura en el cementerio del Père-Lachaise hasta que Jesús Ferrero me recomendó la visita a esta necrópolis en la primavera de 2000. Recuerdo que ya hacía las maletas para mi viaje de aquel año a París cuando le llamé para preguntarle la dirección de la librería Shakespeare & Company. Quería hacerme en ella la debida foto. Al volver a Madrid tenía la instantánea que da fe de que estuve en el establecimiento fundado por Silvie Beach, quien como es sabido, en 1922, editó por primera vez el Ulises, de James Joyce. Pero las imágenes de las que me sentía más satisfecho eran las del Père-Lachaise. Pues en la toma de éstas, que no de aquélla, hallé la mayor expresión de esa comunión con mi mitología que siempre me lleva a París.

Leer texto completo »

Publicado el 9 de julio de 2013 a las 13:15.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

El cine "steampunk"

Archivado en: Inéditos cine, "El cine "steampunk"

imagen

            Mi primer contacto con el cine steampunk fue el coche de Caractacus Potts (Dick Van Dyke) en Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968). Gocé tanto viendo volar y navegar la invención de Potts; gocé tanto en mi dichosa infancia de aquella película, desde su primera hasta su última secuencia, que ésa ha de ser la causa de que el steampunk sea mi favorito frente al dieselpunk el tesalpunk y el resto de los retrofuturismos que asoman a la ciencia ficción de nuestros días.

            Todos los inventos del inefable Potts, y algunos de los artilugios exhibidos por los agentes del barón Bomburst (Gert Fröbe) en aquella entrañable cinta, pueden incluirse entre la utilería del steampunk canónico. Pero en aquel remoto visionado -y diría que casi único- de Chitty Chitty Bang Bang, yo sólo atendía al miedo que me causaba el esbirro de la baronesa Bomburst (Anna Quayle) puesto a raptar a todos los niños que tenían la desdicha de nacer en sus dominios, donde, a consecuencia de la esterilidad de esta dama, estaba prohibida la infancia.

Leer texto completo »

Publicado el 2 de julio de 2013 a las 12:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Apuntes para unas estampas madrileñas (XI)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

imagen

           Mi camino de baldosas amarillas

            Siempre que los comerciantes vuelven a echar los toldos en las alturas de la calle Preciados, acabo recordando que fui el niño más feliz del mundo. Bien es cierto que la costumbre, que anuncia la inminencia de esos queridos 40 grados que todos los estíos bendicen mi ciudad, data de este nefasto siglo XXI. Pero a mí, siempre al tanto para verificar con mirada melancólica el paso del tiempo, me hace evocar la vieja calle Preciados. Un lugar que me sé de memoria porque mi paraíso perdido estuvo allí.

Leer texto completo »

Publicado el 22 de junio de 2013 a las 00:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

La primera aventura de Alix

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Alix, "Alix el intrépido"

imagen

            En la posguerra, mientras se aclaraba por qué había seguido publicando sus viñetas durante la ocupación alemana de Bélgica en el diario Le Soir, a Hergé se le prohibió seguir trabajando en la prensa. Ante este panorama, resolvió pasar a color y dibujar de nuevo las aventuras de Tintín. Ésa es la causa de que el infatigable reportero de Le Petit Vingtième presente un trazo homogéneo desde Tintín en el Congo (1931) hasta Tintín y los pícaros (1976). Tintín en el país de los soviets (1929) nunca llegó a ser coloreado por la imposibilidad de enmendar su anticomunismo y Tintín y el arte alfa, aunque fue publicado en 1986, quedó inacabado por expreso deseo de Hergé, muerto tres años antes. Así pues, esos dos álbumes de trazo diferente -en ambos caos poco más que un esbozo, no una aventura completa propiamente dicha-, son dos rarezas de la serie.

            Pero hoy no vengo a escribir sobre las aventuras de Tintín, sino sobre las de uno de sus principales acólitos, Alix, la gran creación del polifacético Jacques Martin. Inédita en España con anterioridad a esa iniciativa de NetCom2, que nunca me cansaré de aplaudir ya que finalmente a vertido a nuestro idioma toda la serie, Alix, el intrépido (1956) es su primera entrega. Anhelada desde que a comienzos de los 80 me hice con la edición de Norma de El príncipe del Nilo (1974), al cabo he tenido oportunidad de leerla en estos días y, acostumbrado como estoy a ese trazo homogéneo de Tintín, lo primero que he acusado son las diferencias entre los dibujos del Alix que había leído hasta ahora y este primero. Algo muy semejante me ocurrió hace treinta años, cuando, después de estar ya hecho al teniente Blueberry de La larga marcha (1980) y La tribu fantasma (1982), me remonté a los orígenes gráficos del personaje en la lectura de Fort Navajo (1965).

Leer texto completo »

Publicado el 12 de junio de 2013 a las 23:45.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

La noche de Céline

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Viaje al fin de la noche" de Louis-Ferdinand Céline

imagen

                   Hace diecisiete años, entrevistando a José Hierro, no pude ocultar mi escándalo por su reivindicación del poeta fascista Ezra Pound. Con muy buen criterio, Hierro me dijo entonces que las obras han de juzgarse por su calidad, con independencia de la ideología de sus autores. "Si Hitler hubiera escrito un buen poema no se vería afectado por su actividad criminal" fue la frase que empleó. Desde entonces he seguido al pie de la letra dicha observación. Así me han sido dadas algunas de las mejores páginas que he tenido oportunidad de leer entre un grupo de escritores cuya ideología me repugna: los colaboracionistas franceses con el invasor alemán.

Leer texto completo »

Publicado el 4 de junio de 2013 a las 14:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

Imagen

 

 

COMPRAR EN KINDLE:

 

 

 


 

 

Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Archivo

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD